Alguien que solo me conoce a través de mi blog y Facebook ha contestado sobre mí en una de esas preguntas que hacen las aplicaciones sobre los contactos que tienes en tu red:
- Si Lille Skvat fuera músico, ¿cuál sería el nombre de su primer álbum?
- Yo dije: Blogando voy blogando vengo..., ¡sexo, sexo!
La respuesta me hace reflexionar, además de reír a carcajadas. Aparentemente si no se me conoce más que por lo que escribo, doy una imagen muy clara de persona muy interesada en el sexo, o tal vez incluso obsesionada con el tema. Yo tengo cuatro comentarios a eso.
El primero es que no me considero especialmente sexual. Es decir, no más que la media. Me gusta el sexo, claro que sí, por eso me defino como persona sexual y no asexual. Pero no creo que solo piense en sexo. Muy lejos de eso. Pienso en tantas cosas que nada tienen que ver con sexo como cualquiera... o incluso más, según con quién me compare. De hecho, en algunas épocas hasta he llegado a sentirme bastante cerca de ser asexual. Y sin embargo aparentemente la imagen que la gente obtiene al leerme es muy sexual.
El segundo es que supongo que la imagen que tengo proviene del hecho de que hablo de forma tan clara y tan abierta sobre sexualidad. Muestro mi interés en ese tema, igual que muestro mi interés en otros temas menos cargados de puritanismo o tabúes sociales. Hablo de Dinamarca y nadie se sorprende. Hablo de derechos humanos y es aceptable. Sin embargo hablo de sexo y resulta un factor clave y definitorio de mi personalidad. Curioso, ¿no? Especialmente si tenemos en cuenta que si uno mira en las etiquetas de mi blog, solo hay 76 entradas de 1122 que he catalogado como pertenecientes a la categoría "sexo".
El tercero es una constatación. Si yo resulto tan sexual porque hablo de sexo y no me considero más obsesionada con el sexo que la media de la población, debo entonces deducir que la gente habla muy poco sobre sexo aunque piensa bastante más en ello. Y a juzgar por los comentarios que recibo, esto es especialmente así con las mujeres.
El cuarto y último por hoy es una duda. Me pregunto si la gente que me conoce fuera de Internet también tiene la misma imagen de mí, como alguien completamente obsesionada con el sexo. Sé que en algunos grupos y ambientes es cierto que me ven así, sobre todo cuando hablo de mi vida poliamorosa o de mi identidad de género y orientación sexual. Pero mis amigos de verdad y la gente cercana, ¿pensarán también que vivo obsesionada con el sexo como parece pensar el resto de la gente que me conoce de forma más superficial?
Hola, Lille! :)
ResponderEliminarGracias por la dedicatoria! (Perdona, me he puesto "Anón." porque no sale la opción del feis.)
Pues quizá aclararte algo, en lo que a mí toca, que soy quien pensó que si fueras compositora, música, dedicarías un álbum al tema del sexo como bloguera!
Era sólo eso. Yo no pienso que estés obsesionada con el sexo, y sí que haces una función social sacando un tema crucial porque la sociedad y cada persona necesita replantearse este tema a fondo.
No era más que eso. :) Como ves, nada que ver con lo que planteas, aunque quizá eso que planteas le pasa a otra gente. Ahí no puedo opinar, porque yo esas visiones no las tengo!
Yo también hablo de sexo abiertamente, tengo un artículo en Mujer Palabra titulado: "¿Se puede elegir la sexualidad?" (en Pensamiento, Sobre sexualidad, afectos y cultura; donde tú estás vinculada por tu impresionante lista de recursos sobre la bisexualidad, por ese gran aporte informativo). Y a la gente le choca, claro, porque el sexo, y hablar de sexo son temas tabú. Y por eso los sacas tú y los saco yo, y todo el grupo de adorables personas que se molestan en ir sacando el tema! :)
Espero haber aclarado que mi ocurrencia no fue un reduccionismo conceptual de tu persona a un tema, jajajaja, sino imaginar que sacabas un disco, y a qué tema podrías dedicarlo.
Un abrazo! :)
Gracias por escribir aquí. Y entiendo que tu comentario fue como explicas pero me ha servido un poco para reflexionar en voz alta y escribir una entrada a mi entender útil y divertida :-D
ResponderEliminar¡Un abrazo enorme!