Una confusión mental

Aprovechando que es domingo, hoy una entrada menos seria: una de esas personas que me resultan atractivas que quiero mostrar en mi blog. Se trata de Sibel Kekilli, una alemana descendiente de turcos que conocí en la película Contra la pared. Cuando la vi la primera vez en el 2004 tenía una buena amiga por la que no había sentido nunca atracción. Es decir, una de esas amigas que no son potencialmente otra cosa porque no hay ninguna química sexual. En cuanto Sibel apareció en la pantalla pensé que la actriz se parecía a mi amiga, como una versión turca y glamourosa de ella. A lo largo de la historia me fui emocionando con su personaje y también con ella. ¡Me resultaba muy atractiva! Cuando se cortó el pelo me quedé completamente impresionada. ¡Estaba preciosa! Y al mismo tiempo se parecía tanto a mi amiga... Salí del cine hablando con K sobre eso en lugar sobre la pedazo de historia de la película, comentando que no entendía cómo era posible que alguien que se parecía tanto a mi amiga me resultara tan atractiva cuando mi amiga no me atraía para nada. Una confusión mental.

Con el tiempo este asunto tiene su ironía. La actriz por lo general no me resulta tan impresionante, aunque en Contra la pared me sigue dejando sin aliento, especialmente con el pelo corto. En cuanto a mi amiga, después de muchos años sin ningún tipo de atracción sexual, debido a que en algún momento se le cruzaron los cables e insistió en querer tener sexo conmigo, llegué a verla de otra forma y a sentir esa atracción que no estaba allí antes. Aunque también se fue igual de rápido después de toda la historia. Lo más interesante es que pensándolo de forma objetiva sigue sin parecerme que me sienta atraída por ella. Y me resulta marciano haberla visto con otros ojos. Es decir, que aparentemente tengo la misma confusión mental que cuando sali de ver la película con Sibel.

Aquí os dejo unas fotos:

En esta foto está verdaderamente impresionante:

Aquí es donde más se parece a mi amiga: