Tarde de sexo con un hombre. Aquí en Dinamarca eso significa que sus vecinos si quieren pueden aprovechar para disfrutar de una tarde de porno gratuito en vivo y en directo, ya que las persianas estilo español no existen y en muchas casas no hay cortinas o, si las hay, no suelen estar cerradas mientras fuera brilla el sol.
Después de todos estos años, ya estoy igual de danesa que los demás y no me acuerdo de preocuparme por si el vecino me mira o no me mira mientras hago lo que me da la gana en ese salón. Tenemos sexo "típico" en el que él es el penetrador. Después seguimos jugando y llega un punto en el que tenemos sexo algo menos "típico" en el que yo soy la penetradora. Curiosamente en ese momento, por primera vez en mucho tiempo, mi amigo se preocupa por sus vecinos. Quiere cerrar las cortinas, porque le parece que lo que sucede es algo privado. Curiosamente es en ese momento en el que siente la necesidad de tener un espacio privado. El machismo está siempre esperando para salir a la luz...
yo querria privacidad en cualquiera de los casos! pero no creo que tu amigo la quiera por su "machismo", sera precisamente por el de los otros que os puedan ver, y porque el que a un hombre le penetren se suele relacionar con la homosexualidad (como algo malo), y aunque el no tenga esos prejuicios sigue habiendo mucha gente que si, y es de entender que no quiera enfrentarse a ellos
ResponderEliminar(Por cierto, estaba leyendo otras entradas del blog, en concreto una en la que hablas de que habias empezado a tener problemas en las piernas por no poder sentarte bien, espero que te hayas mejorado o que no haya ido a peor!)
Creo que efectivamente él relaciona ser penetrado con homosexualidad... y a diferencia del comentario anterior (respetando su punto de vista, claro) creo que él sí tiene prejuicios con ese tipo de prácticas. A alguien que no los tuviera le importaría lo mismo que le vieran en papel activo como en pasivo: es decir, que o le importaría en los dos casos, o no le importaría en ninguno de ellos. Hay un cambio de actitud muy revelador en ese sentido...
ResponderEliminarGracias, anónimo, por los buenos deseos :-)
ResponderEliminarLeer tu comentario me ha hecho darme cuenta de que no he dejado claro que hablo del machismo unido a la homofobia que identifica que un hombre tiene que ser el penetrador, que un hombre penetrado es menos hombre...
Teneis que leer el libro de Beatriz Gimeno: Deseo, Placer. Es una historia en la que una mujer quiere penetrar a un hombre y todos los mecanismos de poder que se ponen en funcionamiento. A mi me ha impactado ese libro
ResponderEliminarQué curioso, la verdad... Aunque claro, sin saber lo que se le pasaba por la cabeza a tu compañero, me da por pensar de las dos formas: que él mismo sea el que tenga reparos en que le vean así o que no le apetezca enfrentarse a los reparos de los vecinos...
ResponderEliminarPero bueno, que yo sería de las que echaría las cortinas en cualquier situación, no me gusta nada eso de que me miren, cuanto menos en un momento tan íntimo...
Sí, los libros de Beatriz Gimeno son muy interesantes. Os los recomiendo.
ResponderEliminarEn cuanto a las cortinas, si fuera en todas las situaciones no habría escrito la entrada ;-) Y sí, ya sé que los hispanos somos todos mucho más dados a buscar intimidad. Aquí en el norte a la gente le da mucho más igual. Y al final se contagia...