Esas tetas no eran mías

El domingo publiqué un artículo en el que hablaba de sobre tetas y su poder para atraer atención no buscada. No sé cómo no se me ocurrió, pero la situación que aconteció después de la publicación ilustra perfectamente lo que ya mencionaba. El artículo, como el 99,9% de los que aparecen mi blog, fue publicado con una foto que me parecía adecuada e ilustrativa de lo que estaba comentando. En ese caso se trataba de una foto de Amber Rose, una modelo famosa por la que desde luego no pretendo pasar. Si seleccioné esa foto fue porque Amber tiene el pelo rapado, está metida en el agua en la playa haciendo topless y al mismo tiempo es una persona conocida, con lo que pensé que no induciría a confusión alguna.

Pues bien, ¿qué sucede a continuación? El artículo es subido a Menéame por alguien. Y la gente que lo visita cree que se trata de una foto mía. En consecuencia, creen que estoy buscando lucir mis tetas en Internet con la excusa de la supuesta queja por lo sucedido en la playa. Menéame se llena de comentarios y la entrada recibe más de 1000 visitas. ¿El motivo? Que alguien ha puesto allí que hay foto. Y claro, una foto de tetas no se puede dejar pasar sin visitar... porque las tetas son algo que atrae esa atención paranormal.

Sinceramente es cómico y trágico al mismo tiempo. Internet está lleno de fotos de personas sin ropa, fotos sexuales, vídeos pornográficos, etc. Y sin embargo, una pequeña sugerencia sobre la existencia de una foto de las tetas de una persona cualquiera y desconocida como yo hace que los visitantes acudan en masa. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿No es fácil buscar un web de porno o de personas desnudas? 

Aclararé algo entonces: En mi blog por ahora no hay fotos mías en ningún sitio. Escribo bajo seudónimo y no publico fotos mías. Tampoco buscando lucir mis tetas. Aunque sinceramente después de esto me dan ganas de hacer el experimento y ver si el hacerlo de forma abierta atrae tanta atención como cuando la gente cree que la entrada del blog va de cualquier otra cosa y se siente voyerista espiando en secreto, porque algo me dice que no sería tan popular. Quién sabe, tal vez una mañana lo que aparece aquí entonces es una foto de mis tetas.