Este verano paseando nos cruzamos con una planta de marihuana enorme sin dueño y con unas hojas preciosas. Corté una de esas hojas como la de la foto aquí al lado y me la guardé en un bolsillo. Luego no volví a pensar en ello durante meses.
Hasta que de repente, teniendo que cruzar el control de seguridad en el aeropuerto con mi bello aspecto poco normativo que hace que me revisen de arriba abajo, me acordé de la dichosa hoja y estaba casi segura de tenerla conmigo, por lo que ya no me quedaba otra que esperar que de algún bolsillo surgiera una hoja enorme con este aspecto tan discreto. Para mi sorpresa, no encontraron nada. Pero visto lo que sucedió después tampoco me extraña.
Cuando llegué a mi casa busqué como una loca en todos los bolsillos que tengo en todos los abrigos, pantalones, camisas, mochilas y demás la maldita hoja y no he conseguido encontrarla. Pero sé que está en algún sitio. No puede haberse esfumado sin habérmela fumado. Así que ahora solo me queda agobiarme cada vez que pase por un control de seguridad por si milagrosamente ellos fueran capaces de encontrar lo que yo no he conseguido localizar.
Yo creo que lo más probable es que se haya ido pulverizando en la lavadora poco a poco, por eso no encuentras ni rastro...
ResponderEliminarPues ojalá tengas razón, porque no son pocas las veces que me revisan precisamente...
ResponderEliminarOjala como dice @lille.
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