
El color también afecta. Si te ofrecen una comida marrón, la mayoría sentimos una especie de rechazo. Algo está mal. No deberíamos estar comiendo algo que parece tierra o, peor todavía, mierda. Sin embargo, la comida con colores intensos y variados suele atraer más (a no ser que sea un color que indique peligro). Y sin embargo, una de las cosas más deliciosas que hay para mí son esas papillas de multicereales con miel y/o frutas que toman los bebés y que en teoría tienen un aspecto vomitivo. Los ojos no vencen siempre.
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