Según van pasando los años y sigo utilizando este seudónimo, Lille Skvat, más me va resultando indiferente y al mismo tiempo más me identifico con él.
Quiero decir. Después de tanto tiempo y tanta gente que ya me conoce bajo este nombre, tanto por Internet como en la vida real, ahora me resulta imposible cambiarlo a otra cosa. Se ha convertido en una parte de mí. Yo soy Lille Skvat, está claro.
Y sin embargo, precisamente por eso, desde hace muchos años ha perdido el significado y ahora solo es un significante que es igual a mí. Si no me esfuerzo, ya no veo en esas palabras su significado. Ya no escucho lo de "Mierdecilla". Ahora sencillamente es como si fuera Paco o María. Vamos, un nombre vacío de contenido.
Pero al mismo tiempo, también me voy apropiando más de ese significante unido a ese significado. Por varios motivos. Especialmente porque no tiene género y eso me gusta. Cualquier género puede ser Lille Skvat. Es una combinación abierta que nada dice de mi sexualidad, de mi género, de mi orientación, de mi nacionalidad, de mis ideas políticas, de mi condición como inmigrante, como feminista, como lo que sea. Y eso funciona para mí. Porque aunque muchas veces me he lamentado de no tener un seudónimo más claro en cuanto a mis objetivos o mi lucha, veo que tendría que ir cambiándolo según mi identidad va fluyendo. Y sin embargo Lille Skvat permanece, porque sigo siendo débil, pequeña, sigo siendo insignificante y una mierdecilla para esta sociedad en la que vivimos. Y al mismo tiempo adoro que con este nombre supuestamente negativo estoy creando una voz fuerte, grande, alta y significante para mí y para otra gente como yo.
Por otra parte, el hecho de escribir en español con un seudónimo danés es algo que se adapta muy bien a la persona que soy en la vida de cada día, donde no soy capaz de decir dos frases en español sin mezclar danés, donde tengo una identidad muy mezclada también lingüística y culturalmente. Y al mismo tiempo ayuda a que los hispanohablantes que leéis este blog no asociéis ningún género ni características a mi persona, cosa muy agradable.
Eso sí, ya no hay nadie que me llame esto en la vida real de forma cariñosa o juguetona como sucedía cuando lo elegí como seudónimo. Está demasiado mezclado con mi identidad real y política para hacerlo un nombre cariñoso. Ahora la gente utiliza otros. Y seguramente si hubiera iniciado mi blog ahora, yo también hubiera usado otro seudónimo más cercano a estos nuevos para identificarme.
Mi seudónimo también es genéricamente ambíguo y su significado, originalmente más simbólico, también se me disuelve... se deslaba por el flujo del torrente del tiempo y el uso y creo también que si hoy iniciará una nueva vitácora, usaría otra cosa, sin embargo también le he ido cogiendo cariño....
ResponderEliminarSomos todos tán insignificantes para las sociedades en que vivimos, ni siquiera los grandesy poderosos, pasan sin dejar de ser suspiros de la nada entre las multitudes de otros.... apenas algunos podrán decir que marcan huella.... pero quien recuerda a los amigos del Cesar.... al escribano del faraón... o a los profesores de Adolfingen... nosotros, tu, yo, y otros muchos sin embargo podemos dejar huella.... cada uno a su modo, cada uno con un arado de distinta factura y con distintos surcos.... tu, haciendo a la humanidad no sólo más tolerante, sino además, más consciente de un hecho incuestionable.... sois diferentes, pero sois tambien iguales.... vuestro "hermano asno" - como un Francisco, llamó a su cuerpo, es un buque sitinto, con un mascarón de proa indefinible, pero las velas que os empujan son tan cuadradas como las mías... y el alma-quilla que protege el rumbo veladamente, es igual al de los demás.... los seres humanos, somos uno en el orígen... sigue con tu tarea.... mierdecilla... sigue acarreando tu cruz, que es además tu arado... y que estas recorriendo, con una entonación bella y valeroza.... un sólo de curdas del alma... en si bemol sostenuto...
WOW! Vaya respuesta, Atonau. Desde luego es lo que menos esperaba :-0
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