En Dinamarca existe una marca de helados que por lo general en lugar de comprarse en las tiendas o quioscos, como se hace con las restantes, se compra en unos puestos que son unas furgonetas ambulantes que circulan por los barrios tocando una campana de un modo característico. Así, cuando oyes ese sonido ya sabes que el vendedor de helados está en la calle esperando a que salgas a comprarte tu helado. Vamos, un poco como el afilador en España pero aquí con helados. La idea no está mal, aunque sinceramente creo que en Copenhague se mantiene más por tradición. Sin embargo, esta costumbre danesa tiene su lado curioso: también venden helados en invierno, y en días como estos que está haciendo en los que llegamos a -10º C y todo está nevado tenemos al vendedor de heladitos esperando en la puerta como si fuera Sevilla en el mes de agosto. ¿Lo mejor de todo? La gente sigue comprando helados a estas temperaturas. En España creo que el vendedor después del primer intento abandonaría la idea por falta de clientes.
En venezuela también pasa (o pasaba, ya ni se) la furgoneta de helados (marca EFE jejej) con el tintineo típico...
ResponderEliminarLo de comer helados a 10 bajo cero debe ser mucho mejor que un caldo caliente. Es como el método homeopático. El termómetro interno se equilibra. Antes, cuando la cosa era más intuición que mercadeo, las horas de más calor eran las del cafecito o el té muy caliente. Mi madre lo sigue haciendo, si hay calor se hace algo caliente y funciona. TE tomas algo helado, el alivio es momentáneo y luego más calor.
Mejor eso que lo que se puede ver en Mongolia o China o Vietnam, donde el camión que se pasea con la musiquita característica para que te asomes y te acerques es el camión de la basura.
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