Estaba viendo un South Park en el que los adultos se vuelven locos y empiezan a tirarse pedos a todas horas y a agacharse para disfrutar de su delicioso aroma. Y aunque suena patético y cómico, el caso es que hay una parte de verdad en eso. Aparentemente a los humanos nos gusta el olor de nuestros propios pedos. ¡Desde luego más que el de los demás! Y lo mismo pasa con el de la mierda. La tuya propia huele mal, pero la de los demás ¡huele siempre peor!
Es curioso cómo en cosas así se puede ver nuestro lado animal. Lo que me parece es raro que sea el nuestro y no el de nuestra pareja. ¿Para qué sirve que nos guste nuestro olor? Si al menos fuera el de la persona que te atrae todavía le vería la lógica... ¿Alguien conoce la explicación o teoría científica aceptada?
Pero qué instructivo.
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