Al parecer en los hoteles de lujo (4 y 5 estrellas) el tema de las putas se tiene de lo más aceptado. Se sabe que van y vienen. Los recepcionistas y botones las conocen y reconocen. Algunas incluso pagan comisión a los hoteles para que las recomienden o las llamen a ellas cuando un cliente solicita semejante servicio. Ellas o sus chulos. Eso demuestra que la única moral que realmente existe en nuestra sociedad es la del dinero. Los clientes quieren putas, pues nosotros se las servimos... sin averiguar primero si son mujeres con las que se trafica en contra de su voluntad. No se hacen preguntas mientras el dinero llegue a la caja.
En realidad esto no me sorprende. Sin embargo, una cosa que me alucina un poco es encontrarme con un hotel que directamente tiene el burdel en la parte de detrás. Y el otro hotel vecino los folletos de publicidad a disposición en el bar.
¿De qué estoy hablando? Pues veréis. Como teníamos que volar temprano de Girona decidimos alojarnos en un hotel cercano al aeropuerto. Aparentemente hay tres: el hotel Vilobi, el hotel Salles Aeroport y el hotel Novotel Aeropuerto. El primero es de dos estrellas y los dos últimos de cuatro. Su precio es similar si lo reservas por Internet. Nos decidimos por el Novotel y de camino vimos que el hotel Salles Aeroport tenía justo detrás un enorme cartel luminoso del Club La Luna de un aspecto de lo más dudoso. Llegamos al Novotel y allí en el bar había folletos de publicidad que nos confirmaron nuestras sospechas: un club de putas con chicas "que cambian frecuentemente".
O sea, que hoy en día al reservar una habitación en un hotel de lujo no sabes muy bien si la cama que te va a tocar es la del burdel o la del hotel. ¡Qué gustazo!
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