A veces la misma frase dicha en la misma situación puede tener dos efectos completamente opuestos... incluso produciendo resultados bastante cómicos.
Un ejemplo de esos cómicos sería el siguiente: Estando con una de mis exs en la cama un día en medio de la pasión me soltó "A ti lo que te hace falta es una buena polla". Yo, en el calor del momento, me lo tomé como un comentario de lo más excitante. El comentario en realidad no tenía más profundidad que el intentar hablar de forma guarra sin darle muchas vueltas a lo que decía. Conmigo funcionó perfectamente. Pues bien, por lo visto no siempre es así. Un tiempo después estaba con otra de mis exs en la cama navegando en la pasión cuando me vino a la cabeza la dichosa frasecita y se la solté a ella tan frescamente. ¿Su reacción? ¡Se echó a llorar desconsoladamente! Y yo, claro, a cuadros. Le explico que es solo una tontería, una frase sin más sentido y ella llorando me dice que cómo le puedo decir algo así cuando estamos amándonos. ¿Y qué contesta uno a eso? Aparentemente para mí el amarse también puede incluir el hablar de forma lasciva y decir barbaridades, pero no es así para todos.
¿Y qué se puede concluir con esta historia? Que da igual cuáles sean tus intenciones al decir algo. La persona que te escucha lo interpreta como quiere o como puede. ¡Y eso es caldo de cultivo para los malentendidos!
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