Por fin lo he descubierto. Ya sé a qué se dedican todos esos mentirosos compulsivos que no trabajan en política: ¡son médicos! Al parecer para entrar en la universidad a estudiar medicina te hacen un test psicológico para ver si puedes mentir y sonreír al mismo tiempo. Si lo pasas, puedes empezar la carrera, si no eres capaz de mentir y poner cara de póker, mejor búscate otros estudios porque no vas a poder realizar tu trabajo.
Así, finalmente todos los que acaban están entrenados para hacer lo mismo. Miran el informe y piensan "Puf, no tiene muy buena pinta. ¿Será por eso por lo que tiene esos síntomas?", te miran sonriendo y te dicen "Tengo buenas noticias, tienes esto y esto pero no es nada malo. Por fin sabemos la causa". Y tú, desgraciado, le ves tan sonriente y seguro de sí mismo diciéndote que aunque te pasa tal y cual (con palabras técnicas que no entiendes bien) no es nada malo, que te quedas tranquilo. Para culminar su obra de teatro está pensando "Mejor vamos a hacer unas cuantas pruebas para ver el pronóstico de esto" mientras te dice "Pero para que se quede usted tranquilo le hacemos unas pruebas y le seguimos controlando periódicamente". Y tú, ingenuo, te vas a tu casa pensando que el médico es maravilloso y que te trata de forma excelente porque incluso se preocupa por ti.
Pues en base a alguna entrada previa, ya sabras a quien recomendarle que se matricule en medicina, no?
ResponderEliminarPues sí, a ese y a unos cuantos más.
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