14 noviembre 2008

Un elefante con lunares sobre la mesa


Es curioso como incluso teniendo las conversaciones en apariencia más directas y más íntimas se puede seguir hablando con tabúes y sin decir las cosas más evidentes. Es como si hubiera un acuerdo tácito entre los presentes para no mencionar a ese elefante con lunares que se está paseando sobre la mesa del sofá en una habitación de 15 metros cuadrados. El elefante está, todos lo ven, pero nadie lo dice. Conclusión: todos dudan de si el elefante está allí o si es una imaginación o visión de cada uno de los tertulianos.

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1 comentario:

  1. Más cómico es todavía cuando se empieza hablar de la trompa del elefante pero nadie se atreve a decir que hay un elefante. Al final acaban todos locos sin saber qué es lo que se está hablando. Y si antes había dudas ahora directamente es la locura colectiva.

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