Como ayer eran los Oscars y el corto Grisen (El cerdo, 2008) de Dorthe Warnø Høgh estaba nominado para una de las estatuillas (la de mejor corto de acción), por supuesto que tenían que echarlo en la televisión, además de anunciarlo todo el día. De hecho la peli Babel la tuvimos que ver con un texto en la parte superior de la pantalla que ponía "A continuación Grisen, nominado para un Oscar".
Así que tanto nos dieron la lata que lo vimos, y del asco que me dio casi que me pongo a vomitar. K sentía tanta vergüenza por su país que no pudo estar sentado durante los 23 minutos que dura el corto.
Se trata, sorpresa sorpresa, de otro nuevo ataque islamofóbico danés. Un hombre danés de pura raza (el mismo actor que hacía de padre en Festen - La Celebración) es ingresado en el hospital para hacerse pruebas y una operación en el recto. Durante el proceso, el hombre se apasiona por un cuadro que hay en su habitación y que representa a un cerdo. Una mañana al despertarse el cerdo ya no está porque en su habitación el nuevo paciente es musulmán y su familia ha pedido que lo quiten. El danés defiende su derecho a tener su cuadro, monta un escándalo, llama a su hija abogada y se quejan a la familia musulmana, a la enfermera, al médico y a la directora del hospital. El hijo del paciente musulmán insiste de forma patética y sin ningún argumento su derecho a que retiren el cuadro. Los daneses, con ese argumento tan desgastado por aquí, hablan de respeto, de integración, de costumbres danesas, de libertad de expresión, etc. Al final la hija y el hijo se van discutiendo y los dos pacientes, el danés y el musulmán, empiezan a hablar.
Me quedé de piedra al ver el tema del corto. Todavía no me puedo creer que lo hayan nominado para un Oscar. Y gracias a no sé qué o quién, no soy la única a la que no le ha gustado, pues no ha ganado la famosa estatuilla.
El retrato de los musulmanes es tan estereotipado que es para no entenderlo. Y la forma de narrarlo tan claramente partidista y discriminatoria parece sinceramente de una película de propaganda de Dansk Folkeparti en lucha por los "derechos daneses" de libertad de expresión y "danesidad". Estoy más que cansada de este tipo de manifestaciones y de verdad que es triste que haya recibido apoyo en algún que otro lugar fuera de Dinamarca. Estos arrebatos de nacionalismo e islamofobia no le quedan bien a nada, y tampoco a un corto por mucha ficción que sea.
Y en el fondo no es más que la vuelta de lo mismo: las dichosas caricaturas islamofóbicas y la lucha por parte de los nacionalistas daneses contra el islam.
Lo que no me puedo creer es que no haya oído quejas y crítica sobre esta peli, porque de verdad que es para escribir a la directora y ponerla a parir.
Un comentario extra: el hospital en realidad es un asilo de ancianos que hay en Nørrebro. Y casi que me alegra que no la hayan grabado en un hospital de verdad, porque si no, miedo que me daría ese hospital siendo extranjera.
ResponderEliminarMe he pasado bastante tiempo pensando en este tema. Como inmigrante me preocupa, pero sobretodo me preocupa que sea irresoluble. Me explico. Todo lo relacionado con el racismo, la intolerancia religiosa etc se puede englobar en la HETEROFOBIA, osea, el miedo al otro, al que viene de otro lado o simplemente al distinto. Ha ocurrido en el pasado, ocurre en el presente (Italia) y ocurrirá siempre que una sociedad tiende a desquitarse o aliviar su conciencia con el último de la fila, el "otro" (que, por otra parte, es es que menos culpa tiene de nada o sino que se lo digan a los pobres rumanos si son ellos los culpables del estado lamentable en el que está Italia). Pero hay otra vertiente que me preocupa más. Son irreconciliables las culturas occidental y árabe? son agua y aceite? el punto de vista de un espanol en Dinamarca es muy curioso. Yo, por ejemplo, me siento como en casa cuando paseo por Nørrebro o entro en las tiendas árabes. Al ver las habichuelas o las lentejas casi se me caen las lágrimas el primer día! por otra parte mi homosexualidad, de alguna forma, me hace sentirme un poco alerta con los fanatismos religiosos (todos). Es un problema gordo, este. Cómo lo resolverían durante, por ejemplo, las invasiones bárbaras...? Parece que el otro siempre nos parece un problema...Parecemos, al final, bastante cobardes como sociedad.
ResponderEliminarvaya rollo...
Un saludo. Da.
Sin entrar en otras valoraciones te digo que parece que las costumbres o creencias de los musulmanes son más respetables que las de nadie.
ResponderEliminarHace algunos años estuvo en visita oficial en España el Presidente de Irán y el Rey le ofreció una cena de gala. Pues bien, para no ofender a la legación iraní no se sirvió vino en la mesa porque ellos repudian el alcohol.
¿Y sabias que en el poco probable caso de que en un país islámico te permitieran construir una iglesia cristiana, ésta debe ser siempre más baja que la más baja de sus mezquitas?
¿Somos iguales o algunos son más iguales que otros?
Saludos.
Da, me gusta mucho tu uso de la palabra heterofobia y con tu permiso me lo voy a apropiar en adelante, porque es perfecto para no tener que escribir todas esas fobias de las que hablo.
ResponderEliminarEntiendo tus dudas y razonamiento acerca de la proximidad y al mismo tiempo lejanía que puedes sentir por la cultura musulmana. Para mí Nørrebro es mi barrio y el hecho de que aquí vivan los inmigrantes lo hace mi verdadero hogar. Entre ellos están los musulmanes, pero también muchos homosexuales jóvenes, y conviven sin problema. Solo en rara ocasión ha habido problemas y esto ha sido en la manifestación del Orgullo LGTB, donde algunos jóvenes han lanzado piedras. Pero imbéciles los hay en todas partes, y ese comportamiento no caracteriza a toda la población musulmana. De hecho, yo lo que veo en la manifestación es que miran con atención porque es algo nuevo (el poder reivindicar el derecho a ser homosexual) para muchos de ellos.
Otra cosa es que existen muchos homosexuales musulmanes, y aquí en Dinamarca existe una asociación, LBL, con un grupo para las minorías étnicas y entre ellas están muchos inmigrantes y descendientes de inmigrantes árabes, paquistaníes, iraníes, etc.
Pero por supuesto no se puede negar que existe una relación entre el fanatismo religioso de cualquier tipo y la homofobia. Por tanto también entre los musulmanes.
WangSheng, todos somos iguales. Respetar las costumbres de otros cuando no van en contra de tus principios no te hace menos igual.
ResponderEliminarEn cuanto a las mezquitas y las iglesias, al menos en muchos países islámicos existen las dos cosas. No es un caso poco probable. Sin embargo, en países como Dinamarca llevan años y años discutiendo porque los musulmanes quieren poner una mezquita y a los daneses no les parece bien que haya minaretes en su país cristiano.
A mi, personalmente, tanto los minaretes como los campanarios nunca me han dado buen rollo. Para talibanes los que salen en CAMINO, última película de Javier Fesser que recomiendo ver.
ResponderEliminarVecina, que yo también vivo en Nørrebro, cerca de Blågardsplads.
Un saludo. Da
Lille, el respeto ha de ser recíproco, si no será cualquier cosa menos respeto.
ResponderEliminarY quizá a los daneses no les gustan las mezquitas porque desde ellas se alienta a combatir al infiel, que somos nosotros, mientras que en ninguna iglesia cristiana se hace algo parecido.
Saludos.
Wangsheng, ¡qué generalización! ¡y qué desconocimiento! Ni en todas las mezquitas alientan a combatir al infiel (de hecho, creo que son contadas y además fanáticos no solo hay en el islam) ni es cierto que en las iglesias cristianas no se haga algo parecido. Los cristianos desde luego no tienen nada de lo que presumir ante el mundo considerando la historia de sus distintas ramas y sus relaciones con las demás religiones.
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