Brutalidad policial en Dinamarca

Durante meses hemos tenido a unos pobres iraquíes encerrados en una iglesia de mi barrio en Copenhague porque el Estado, después de llevar aquí durante 10 años esperando recibir asilo político, finalmente se lo ha denegado y quiere mandarlos de vuelta a Iraq. País que si uno mira en las recomendaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores danés pone (como está claro para cualquier persona normal que se informe mínimamente y siga las noticias aunque sea una vez al mes) que es un sitio al que no se aconseja viajar excepto en caso de extrema necesidad. Pues bien, extrema necesidad ya sabemos todos que en Dinamarca significa no tener la nacionalidad danesa...

Estos 282 iraquíes, algunos de los cuales incluso han nacido en Dinamarca, son expulsados. Ellos, con la guerra que hay en su país, creada entre otros por Dinamarca, no piensan que es un lugar para volver. Algunos tienen miedo a ser asesinados por sus enemigos políticos. Otros tienen miedo por otros motivos (están enfermos, hay guerra, etc.). El caso es que no quieren volver. Cosa que es de entender, porque a mí aunque me invitasen tampoco iba a vivir a un país con la situación que tiene Iraq ahora.

Como no quieren regresar, formaron una asociación y buscaron protección dentro de la catedral de Copenhague. Como allí no parecían bien recibidos, se mudaron a la iglesia de Brorson en Nørrebro, el barrio donde vive la mayoría de los inmigrantes musulmanes y muchos de los jóvenes daneses de ideas de izquierdas.

Y así han pasado los meses. Llevan allí desde mayo. 282 personas, familias con niños pequeños, con bebés, ancianos, enfermos físicos y psíquicos. Hacinados con la esperanza de que se reabrieran sus casos y se les concediera asilo por motivos humanitarios.

Pero claro, en este país con la mierda de partido en el gobierno y los putos con los que colaboran, el partido racista, había que utilizar a estos pobres iraquíes como ejemplo de la dureza y firmeza de Dinamarca para que el rumor se propague y así evitar que lleguen más "moros" que aparentemente estropean la imagen de sus calles rubias.

Así, ayer aprovechando la oscuridad de la noche la policia se lanzó a la limpieza de la iglesia y a detener a estos iraquíes que se niegan a volver a Iraq. Mientras en el interior de la iglesia se vivía un dramazo, algunos amenazando con suicidarse, otros gritando, etc., en el exterior la noticia se extendió con rapidez y un grupo de jóvenes daneses intentó detener la acción policial sentándose delante de la iglesia y del autobús en el que finalmente se los llevaron.

Aquí os dejo lo que sucedió a continuación. Ved el vídeo aunque esté en danés, porque las imágenes hablan por sí solas.

La policía, como acabáis de ver, se lanzó sobre los manifestantes pacíficos que estaban sentados y les dio de palos con las porras en la cabeza, la cara y el cuerpo. También les echaron spray de pimienta directamente a la cara y luego golpearon mientras estaban cegados por el dolor. Los daneses no hacían más que gritar "no me golpees", "pero qué haces", "no ves que está en shock", "no nos peguéis". Pero la policía se enfurece más y más y les pega con violencia.

El vídeo es asqueroso, me dan ganas de vomitar, de cagarme en la policía, en el sistema, en todo, vamos.

Pero peor todavía son las noticias del día siguiente.

Hoy muchas personas normales asqueadas por las imágenes se han ido a manifestar delante del Parlamento.

Pero luego están todos esos que no son normales. Según Politiken solo el 23% de los daneses está en contra de la acción policial. Los partidos en el gobierno, por supuesto, defienden a la policía y dice que solo hicieron su trabajo. La policía dice no haber hecho nada malo, solo seguir el procedimiento de seguridad. El principal partido de la oposición, los Socialdemócratas, apoyan también la acción. La mayoría de los obispos apoya la acción. Y, por supuesto, la mierdosa del partido racista, Dansk Folkeparti, dice que no está bien ni siquiera poner en duda las acciones de la policía.

Esto para que se vea la verdad de esta Escandinavia que se vende como tolerante pero que en la oscuridad de la noche apalea a sus propios ciudadanos por defender el derecho de otras personas a no ser enviadas a un lugar en guerra. Una guerra de la que Dinamarca también es responsable. Viendo esto siento tanto asco que me dan ganas de mudarme.