Llevo más de una semana enferma con fiebre y sin poder descansar bien. En estado febril deliro en la madrugada dándole vueltas inconexas sin fin a todo lo que tiene que ver contigo. A cómo han sido todos estos años contigo en mi vida, a cómo fue ese último año sin hablarnos y lo que lo produjo, a cómo ha pasado el verano, a cómo te comportas ahora. Lo que vislumbro en la penumbra de mi delirio me hace retorcerme y me incomoda enormemente. No entiendo nada y al mismo tiempo lo veo todo con nitidez. La oscuridad de la habitación se llena de nuestras luces y sombras que me transportan de un recuerdo a otro. Del eco de tu risa al silencio espasmódico de tu ausencia. De la horripilante dureza de tus palabras a la bella debilidad detrás de tu máscara. Del escalofrío sonoro en tu boca a la gelidez sorda de tu rechazo. De la aspereza de tu incomprensión y su desagradable aroma a falsa tolerancia a la suavidad cálida de tu piel y su hipnotizador hedor a sudor rancio. De la intimidad más privada a ese torrente inagotable de nombres y espectadores cualquieras. De esa angustia vital aterradoramente desesperada a la narcótica cercanía corporal. De tu humedad en mi mano a la sequedad de mi boca y la humedad de mis ojos... Fantasmas todos de mi cerebro que me desvelan, pero que no recuerdan nunca hacerte una visita de madrugada a ti.

me suena que hace poco habías proclamado no haber estado nunca enmoradx?? y esto que eh lo que éh, entonces, si no purito mal de amores???
ResponderEliminarNo es cierto, Farala, que diga no haber estado nunca enamoradx. Pero sí que no sé cómo se define. Puedes ver más aquí: Definiendo enamoramiento. De hecho, alguien me preguntaba hace unos días algo similar y contesté aquí La última página de nuestra larga historia de amor que interpretaría lo que sentía por aquella chica de la que hablaba en esa entrada (y que no es esta persona) como un "enamoramiento abrasador".
ResponderEliminarEn respuesta a lo que dices, sin duda es purito mal de amores, pero aunque te parezca extraño, no diría que se deba a mi supuesto enamoramiento, ya que la mayor parte de los días no definiría lo que siento por ella como tal.