Ayer os hablaba de los duendes daneses. Pero dejé para hoy algo que es imposible no ver si estás en Dinamarca desde mitad de noviembre hasta el final de las navidades. Estoy hablando de esos personajillos que en danés se llaman julenisser, es decir, duendes de navidad. A diferencia de los demás duendes daneses, estos existen también en versión femenina y como niños. Suelen ir vestidos de rojo, con un gorro rojo puntiagudo. A menudo tienen también calcetines rojos. Y los hombres por supuesto casi siempre tienen una gran barba gris o blanca. Se supone que son los ayudantes de Papá Noel a la hora de fabricar los regalos y empaquetarlos en el trineo. Aquí en las cenas y comilonas de estas fechas suelen decorar las mesas, las estanterías, los sitios donde se colocan las velas, etc. Por supuesto, son decoración casi obligada de cualquier sitio que intente representar la navidad, desde una tarjeta hasta un escaparate. Y muchos niños se disfrazan de duendes navideños para las fiestas del colegio de estas fechas.
Para la mayoría de los daneses parece que no hay navidad sin estos duendes. Representan la esencia de la navidad danesa y sin embargo son un invento muy reciente, de 1836.
En cuanto a mí, esta es una de las cosas danesas que me divierte, porque le quita el aire religioso a la navidad y la transforma en un juego y algo un poco sacrílego. Sobre todo porque muchos de estos duendes se cree que son traviesos y disfrutan haciendo gamberradas.
Y algunos son muy monos.
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