Como explique en esta entrada, creo que es mejor utilizar el término LGBT+, porque de otro modo mucha gente se siente excluida.
Aquí quiero explicar en concreto lo que me he encontrado en las asociaciones LGBT danesas. Para empezar estas asociaciones ya tenían problemas para aceptar que los miembros que no son G o L formaran parte de sus agrupaciones. Muchos homosexuales no son precisamente tolerantes en cuanto a la bisexualidad o la transexualidad. Para muchos de ellos resulta algo tan incomprensible como para muchos heterosexuales resulta la homosexualidad. Pero a base de la lucha de algunas personas comprometidas representantes de las letras B y T, al final estas asociaciones han aceptado que entre sus miembros hay personas L, G, B y T. Pero aquí se acaba el asunto. Llevar la lucha más allá parece algo completamente impensable. Aunque dentro haya algunas voces que sí que hablemos a favor de la inclusión de todas las personas que vivimos fuera de la heteronormatividad. Pero en un sistema democrático en el que solo los miembros de pago establecen las normas porque son los que tienen derecho a votar (y solo las personas que ya se sienten representadas y aceptadas son miembros de pago, claro está) es imposible incluir a las verdaderas minorías y a las voces disidentes. No hay intersexuales, asexuales, etc. Por no haber no hay ni queers, aunque Dinamarca tenga un gran movimiento queer. ¿El motivo? Las asociaciones LGBT aquí por lo general luchan por la normatividad que incluya también a los homosexuales (y ahora bisexuales y transgénero aunque a regañadientes). El movimiento queer lucha contra la normatividad. Y claro, la mayoría dentro de la minoría es normativista. Consecuencia: no hay cooperación.
Cuando hablo a favor de la apertura e inclusión recibo comentarios que me dejan de piedra. Mucha gente cree que si abren la asociación para que sea más excluyente es lo mismo que incluir a pederastas, violadores, zoófilos, necrófilos, etc. Usando esas palabras convencen a todos los demás. Y con ello se acaba el debate.
Otras veces la gente utiliza argumentos menos rebuscados pero igual de vacíos:
- Más gente significa más iniciales y ya es difícil de recordar ahora.
- Más iniciales significa tener que cambiar los logotipos y eso cuesta dinero.
- Más grupos ahora significa abrir la puerta a otros grupos diferentes en el futuro y se transforma en una historia sin fin.
- Más gente diferente significa menos aceptación por parte de la sociedad y un retroceso en nuestra lucha.
Vamos, todas tonterías que lo único que hacen es legitimar a las mayorías dentro del ambiente no heterosexual. Me pregunto si en las asociaciones hispanohablantes esto también es así.
Nosotros en la Coordinadora aceptamos a quien quiera compartir con nosotros el activismo a favor de los derechos LGTB sin preguntar su sexualidad. Y hay personas que se definen L G T B intersexuales y heterosexuales.
ResponderEliminarNo creo que sea algo que haya que aceptar, es solo respetar y nombrar, se este de acuerdo o no. Yo lo que me hago es otra pregunta, debemos añadir mas siglas en una asociación LGBT o debemos esperar que esas personas (intersexuales, asexuales, queer) entren y lo pidan??? creo que seria un error que en un colectivo donde solo haya gays y lesbianas, añadan trans y bisexual. Como si fuese una lucha de ellxs... podemos estar todxs juntos y luchas todxs por todo, pero con sus "representates", no voy hablar en nombre de las personas transexuales cuando yo no se sus demandas...
ResponderEliminarNo sé en otros sitios hispanohablantes, pero en España, es igual. El movimiento queer, y en general cualquier minoría, no sólo, no está representada en la comunidad LGBT, sino que se les mira con recelo. En España los homosexuales han conseguido prácticamente los mismos derechos que los heterosexuales y todo los demás les complica poder mantener esos derechos. Yo, como bisexual, nunca me he sentido bienvenido entre los homosexuales varones. Las chicas son mucho más tolerantes. Y eso se nota a todos los niveles. Nos consideran homosexuales reprimidos, que no nos atrevemos a dar el paso completo (anormales). Es decir siguen las mismas pautas que siguieron con ellos los heterosexuales. Creo que si una asociación no defiende los derechos de todos los socios por igual, no se debería pertenecer a ella. Tengo la impresión de que en España, los gays, ya son de derechas, es decir conservadores. Porque tienen cosas que conservar, naturalmente. A los que no hemos conseguido la normalidad, nos queda mucho camino todavía.
ResponderEliminar