Hoy 8 de noviembre se celebra el Día de la Solidaridad Intersexual. Como cada vez estoy más interesada y metida en este tema, al hablar de ello estoy viendo que la mayoría de la gente no sabe lo que es. Por eso voy a aprovechar el día de hoy para escribir una entrada muy básica sobre la intersexualidad para los que desconocéis el término.
Las sociedades actuales de forma artificial dividen a las personas en dos únicos géneros, hombre y mujer. Ese binarismo tiene repercusión en casi todas las esferas de la vida. Los roles de género están basados en esos dos supuestos únicos géneros. Así se entiende que hay cosas que son "de hombres" y cosas "de mujeres". Incluso al decir que algo no tiene género o es unisex lo que se quiere decir por lo general es que no es solo "ni de hombres ni de mujeres" sino de ambos. Las forma tradicional de ver las orientaciones sexuales también se basa en esta división binaria de los géneros. Tanto si se habla de ser heterosexual, homosexual o bisexual se está pensando en que existen solo hombres o mujeres. Por otra parte, también una gran parte de las personas transgénero entienden los géneros de forma binaria cuando se identifican como pertenecientes al género opuesto al que tiene su cuerpo.
Lo curioso es que científica y médicamente se sabe que esta construcción binaria de los géneros es artificial y que en realidad en los humanos existen miles de combinaciones biológicas posibles, lo que significa que las personas no se pueden definir solo como lo que tradicionalmente se entiende como un hombre o como una mujer. Las innumerables combinaciones de cromosomas, gónadas, hormonas, órganos genitales, aparatos reproductores internos, caracteres sexuales secundarios y estructuras cerebrales suponen la clara existencia de miles de géneros biológicos, de los cuales ser hombre o ser mujer solo son los dos extremos posibles. Si por otra parte tenemos en cuenta que el género de una persona no es solo algo biológico, sino también algo psicológico y sociológico, el número de variantes se transforma en infinito.
En consecuencia no cabe otra cosa que reconocer que entre los dos extremos que suponen ser
hombre o
mujer se encuentra una ingente diversidad de géneros que son los que de forma general se recogen bajo el
abanico de la intersexualidad.
La gran mayoría de las personas intersexuales no saben que lo son. Los médicos tienen problemas para asignar el género (porque lo hacen de forma binaria) a entre 1 y 2 personas por cada 1000 nacimientos. Sin embargo, el número de personas intersexuales es mucho mayor. Algunos lo descubren al llegar a la pubertad. Su cuerpo empieza a transformarse en otra dirección a la esperada. Otros lo descubren cuando intentan reproducirse y solicitan ayuda médica. Muchos lo descubren de forma casual al hacerse otros exámenes médicos por cualquier otro motivo. La gran mayoría no llega nunca a descubrirlo. Y sin embargo se cree que el porcentaje de personas cuyo género no es puramente hombre o mujer en todos los aspectos podría ser hasta entre el 10 y el 20% de la población mundial.
También hay que tener en cuenta que la intersexualidad también puede ser causada por factores que no estaban presentes en el cuerpo humano al nacer. Así por ejemplo una persona con síndrome de ovarios poliquísticos produce muchos más andrógenos de lo estadísticamente normal en una mujer. Lo mismo es válido para una persona con hiperplasia suprarrenal. Otro ejemplo sería el consumo de fármacos o la exposición a elementos químicos que alteran el nivel hormonal de forma importante.
La división binaria de los géneros por parte de nuestras sociedades tiene consecuencias terribles para muchas personas cuya intersexualidad es visible en el momento de su nacimiento. Los médicos de forma arbitraria eligen un género y realizan operaciones que suponen una modificación innecesaria de un cuerpo humano sin solicitar el consentimiento de la persona sometida a semejante procedimiento. Estas operaciones son una violación de los derechos humanos de las personas intersexuales. En muchos casos se realiza una castración que imposibilita a la persona la posibilidad de reproducirse en el futuro, y a menudo también la posibilidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria. En muchos casos se transexualiza de forma forzada a la persona intersexual al obligarle a adoptar un género que difiere del género con el que esa persona se identifica cuando crece.
Para el resto de las personas intersexuales que no son sometidas a esos procedimientos quirúrgicos de asignación de género la división binaria de los géneros también tiene consecuencias. Forzados a vivir como hombres o mujeres, muchos intersexuales sufren de modos muy diversos.
Muchos intersexuales creen ser personas transgénero porque no se identifican con el cuerpo que ven. Eso, tal y como están las cosas en el mundo todavía hoy, conlleva que sean tratados como
enfermos mentales, lo cual es completamente injusto y sin ninguna base científica tanto para las personas intersexuales como para las personas transgénero (estamos luchando para que la transexualidad deje de ser considerada una enfermedad mental. Lee más
aquí). Pero además en el caso de las personas intersexuales es un error de interpretación de la situación.
Los intersexuales no son transexuales. Sencillamente no son ni
hombres ni
mujeres. Muchos se identifican más con uno de estos dos géneros, pero también cada vez más hay gente que vive bajo la etiqueta
intersexual y que está completamente satisfecha con esa identidad de género.
Para terminar quiero dejaros aquí el enlace a la
Organización Internacional Intersexual y su versión en
español. En otras entradas explicaré más sobre distintas variedades de intersexualidad y sobre los objetivos que persigue esta asociación y las muchas personas intersexuales que realizan activismo intersexual.