Mañana es Nochevieja otra vez y nuestras vidas siguen cambiando. Y aunque los cambios esta vez son para bien, me gustaría que no dificultaran el pasar la noche contigo, con tu hija y con él. Es extraño sentir nostalgia de un pasado que en líneas generales no prefiero. Voy a echar de menos besarte a las doce. ¡Claro que ahora siempre te puedo besar en otro momento sin necesitar una excusa! Y además tú si quieres siempre te puedes pasar por aquí más tarde de vuelta a tu casa ;-)
30 diciembre 2011
Nochevieja
29 diciembre 2011
Sin dormir en toda la noche
Hay formas y formas de pasar la noche sin dormir. Están todas aquellas agradables que hacen que dormir no merezca la pena ni se eche en falta. Hablar en la oscuridad de todo, entre ello susurrando aquello que no te atreves a decir con la luz encendida y escuchando aquello que tu amante se atreve a confesar solo mientras no puedes verle la cara. Dejarte llevar por la pasión y/o el calentón y tener sexo durante horas. Ir de fiesta, beber y bailar hasta que te tienes que arrastrar a casa...
Luego están esas otras formas que hacen que pienses que mejor sería dormir. Tener un puesto de trabajo que empieza en mitad de la noche. Pasar horas y horas mirando al vacío con insomnio. Terminar en el último momento un documento que tienes que entregar a la mañana siguiente... Y una de las peores, discutir sin fin hasta que el cansancio mental solo te deja sentir irritación y lo único que quieres es mandar al energúmeno que tienes frente a ti a pasear muy lejos.
28 diciembre 2011
El contador de amigos en Facebook
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Eso sí, a veces es predecible. Si escribo en mi muro algo que sé que es "controvertido" (por ejemplo sobre ser transgénero, sobre tener varias relaciones, sobre política o similares), el efecto casi es inmediato. Ese mismo día o al siguiente el número del contador desciende un par de cifras. Cosa en realidad cómica, porque no es que suela esconder mis opiniones y forma de vivir precisamente y la gente ya debería estar acostumbrada a mí... pero aparentemente no es así.
Es raro esto de las "amistades" por Facebook.
27 diciembre 2011
De paquete en la bici
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26 diciembre 2011
A veces sinceramente no sé ni cómo contestarte
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No estoy cabreada, en realidad pienso en ti y te echo de menos y me gustaría tenerte en mi vida de una forma en la que compartir algunos instantes de vez en cuando fuera más fácil. Pero no lo es. Y como no lo es, tampoco tengo ganas de acercarme justo en el momento en el que tú lo decides cuando soy un relleno más en los huecos de tu agenda que puedes mover sin la menor consideración cuando te surge algo mejor.
25 diciembre 2011
Ducha ensangrentada
Estaba con los ojos cerrados pero muy despierta soñándonos en mi cuarto de baño sin ropa, bajo la ducha, besándonos apasionadamente y riéndonos tontamente. Las pieles húmedas, los cuerpos resbaladizos, las entrepiernas saladas, los sudores diluidos...
Estaba con los ojos cerrados pero muy consciente asqueándome de tener la posibilidad de invitarte a pasar la noche y meterte por la mañana en mi ducha y ver cómo se arruina por la maldita coincidencia de las entrepiernas ensangrentadas.
Estaba con los ojos cerrados pero muy consciente asqueándome de tener la posibilidad de invitarte a pasar la noche y meterte por la mañana en mi ducha y ver cómo se arruina por la maldita coincidencia de las entrepiernas ensangrentadas.
24 diciembre 2011
Una hora libre
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23 diciembre 2011
Gris
Algunos días aquí en Copenhague solo tienen una definición: grises. En mitad de la mañana miras por la ventana y está todo tan oscuro que cuesta trabajo comprender que estás en el momento de más luz del día. Y es que no solo está nublado y oscuro, sino que todo parece gris: las calles, el cielo. En España incluso los días nublados en los que llueve todo el día tienen más luz. Pero aquí días como hoy, especialmente ahora en el momento más oscuro del invierno, son húmedos, fríos, ventosos y sobre todo grises y deprimentes.
22 diciembre 2011
Yo follo más que tú
Cena en grupo estilo danés con la excusa de celebrar la navidad (vamos, un julefrokost). La gente, cómo no, bebe hasta reventar. Hay juegos, canciones, intercambio de regalos, discursos, bailes, y en teoría mucho sexo con la disculpa del alcohol.
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Si fueran niñas hubieran discutido exactamente igual cambiando la palabra follar por jugar o cualquier otra cosa. Y la pelea verbal hubiera acabado del mismo modo. Como adultas en su lugar buscaron la cosa que les parece más atrevida y al mismo tiempo más insultante, especialmente cuando no tienen pareja estable. Con un poco de alcohol en la sangre aparentemente sale la vena malvada infantil que todos llevamos dentro.
21 diciembre 2011
Kæreste
Tengo problemas lingüísticos para hablar de las personas con las que estoy o tengo algún tipo de relación. Como decía aquí las palabras españolas no me gustan. Pero es que las palabras danesas tampoco lo hacen.
Kæreste, que se traduce como novio, novia, pareja, relación, rollo o lo que quieras, es la palabra más utilizada en danés para hablar de la persona con la que estás teniendo algo que incluye sentimientos y sexo, pero que no incluye un papel oficial, como el matrimonio. Este término no tiene género, lo cual es maravilloso y mucho mejor que sus equivalentes en castellano, a no ser que utilices algo como pareja.
Sin embargo, kæreste tiene un problema grave para mí que hace que no me guste utilizar la palabra. La etimología en sí misma.
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Lo que es también extraño es esa idea de las relaciones basadas en el amor. ¿Solo se pueden tener relaciones estables y significativas con personas a las que se quiere? Tal vez tienes una relación sexual super estable durante años en la que no hay ningún otro factor. ¿Por qué esa relación es menos importante?
No obstante, sigue siendo necesario para mí encontrar un término con el que mencionar a alguna gente con la que tengo algo estable y muy intenso. Pero por ahora no lo encuentro y acabo usando kæreste.
20 diciembre 2011
Pegar a los niños en Dinamarca
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Sin embargo, aunque la ley dice una cosa, la opinión pública parece ser diferente. Si miramos esta encuesta hecha por TV2 de 3698 encuestados, solo el 73% piensa que está mal pegar a los niños. Pero peor todavía es en la práctica si vemos que de 1539 solo el 22% no ha recibido nunca ninguna bofetada.
Y como ya era de intuir los racistas y xenófobos son también más violentos, o eso parece al ver que el 42% de los votantes de Dansk Folkeparti, el partido xenófobo, piensa que en Dinamarca debería ser legal poder pegar a los niños cuando entre los votantes del resto de los partidos el porcentaje es un 13%.
Por supuesto, esa tendencia a la violencia entre los xenófobos votantes de Dansk Folkeparti también se ve en su posición en cuanto a la pena de muerte (el 23% está a favor, cuando en el resto de los partidos es un 9%). Y lo que es más curioso cuando defienden tanto los supuestos valores daneses: aparentemente no creen tanto en el sistema de bienestar como los demás, ya que el 41% de sus votantes piensa que está bien trabajar en negro, mientras entre los demás votantes solo el 14% piensa bien sobre esta forma insolidaria de engañar a Hacienda y con ello a todo el estado de bienestar.
19 diciembre 2011
El gusto está en los ojos
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El color también afecta. Si te ofrecen una comida marrón, la mayoría sentimos una especie de rechazo. Algo está mal. No deberíamos estar comiendo algo que parece tierra o, peor todavía, mierda. Sin embargo, la comida con colores intensos y variados suele atraer más (a no ser que sea un color que indique peligro). Y sin embargo, una de las cosas más deliciosas que hay para mí son esas papillas de multicereales con miel y/o frutas que toman los bebés y que en teoría tienen un aspecto vomitivo. Los ojos no vencen siempre.
18 diciembre 2011
Mi forma de recordar
Me parece a mí que tengo una memoria que no funciona de forma habitual ni lógica. Ni siquiera funciona de un modo que sea útil aunque sea de la forma más inesperada. Sencillamente funciona de forma autónoma y sin un proceso inteligible para mí.
Tengo una memoria excelente, dicen. Y es cierto. Sobre todo hasta hace unos años era capaz de recordar al detalle multitud de cosas, datos, situaciones, conversaciones, nombres, caras, etc., sin esforzarme lo más mínimo. Y hoy todavía en cierto modo sigue siendo así. Recuerdo muchas cosas inútiles aunque no pretenda recordarlas. Sin embargo, también tengo una memoria completamente desastrosa, lo que sucede es que los demás no suelen notarlo tan claramente. Porque las cosas que no recuerdo no son tan evidentes como las que recuerdo. Al menos para ellos. Aunque para mí a veces es muy frustrante.
Por algún motivo que no comprendo me resulta muy fácil recordar cosas sin ningún sentido ni lógica interna. Por ejemplo, si veo películas en idiomas completamente desconocidos para mí, como hindi o chino, soy capaz de recordar en esos idiomas títulos largos que para mí tan solo son un conjunto de sonidos. Lo mismo con los nombres de personas famosas de otras culturas con nombres que para alguien no conocedor de la lengua le resulta imposibles. Para mí esos nombres no sé por qué no son ningún problema. O nombres de lugares, comidas en otros idiomas, etc. Es decir, datos que en realidad no son útiles. Y que no tienen lógica. Supongo que por eso mismo me suele resultar bastante fácil aprender vocabulario nuevo en otros idiomas.
Esto no solo me pasa con los sonidos y las palabras sin sentido. También me sucede con los datos. Si leo estadísticas, si escucho un documental, si se habla de fechas, de cantidades, de datos concretos... todo eso suele ser algo que se me queda en la cabeza sin esforzarme. Así en ocasiones parece que me empollo a escondidas datos sobre cosas que nada tienen que ver con mi campo de estudio.
Por último no son únicamente los datos y las palabras. También es la memoria espacial y situacional. No sé por qué, pero me resulta sencillo orientarme en un sitio con solo haber estado una vez hace mucho tiempo. También suelo recordar las conversaciones y situaciones concretas en las que suceden las cosas. Por ejemplo si tengo una charla sobre un tema, mucho tiempo después puedo recordar todavía dónde fue, quién estaba presente, en qué lugar estaba cada persona sentada, qué dijo quién, etc.
Pues bien, todas esas eran las cualidades de mi memoria. Pero lo malo es que van asociadas al extremo opuesto y tampoco entiendo el motivo. Soy extremadamente inútil para recordar cosas que la gente habitualmente recuerda sin problema. Por ejemplo, si veo una película o si leo un libro, aunque me fascine, en unas semanas no recuerdo la historia, a veces incluso ni el tema. Pero el título, el autor y algunos datos concretos sin sentido como de dónde saqué el libro o cuánto me costó se me quedan grabados durante años.
Si paso una tarde con alguien puedo casi sin problemas reproducir la conversación que tuvimos, pero decir qué ropa llevaba esa persona, qué comida consumió, incluso qué color de ojos o qué nuevo corte de pelo llevaba son cosas que no entran en mi campo de percepción. No sé por qué, pero sencillamente no lo hacen ni aunque me esfuerce.
Tampoco soy capaz de recordar las cosas que me impongo, o más bien me imponen, recordar. Por ejemplo, a la hora de memorizar datos para mis estudios soy un verdadero desastre. Por mucho que me interese lo que leo. Si es algo que siento como imposición, mi cabeza se bloquea y se niega a archivarlo.
El caso es que todo esto es muy divertido de analizar, pero es muy poco práctico para mi vida. Soy un diccionario enciclopédico andante de cosas extrañas y una verdadera inútil para las cosas necesarias a la hora de estudiar, de socializar, etc.
Digo yo que esto debe sucederle a otra gente y que seguramente tiene un nombre, en esta sociedad que tanto se esfuerza en diagnosticar todo lo que no sigue las normas. Si alguien sabe lo que es, agradezco las sugerencias en los comentarios.
17 diciembre 2011
Menos mal que dijo que no
Después de unas cuantas charlas sobre la posibilidad de tener sexo con él, después de un par de horas tonteando, después de estar calentándonos mutuamente con tanto beso y tanto baile, al final decides invitarle a venir con nosotras después de pedirme permiso. Y sinceramente ahora que lo pienso fríamente menos mal que dijo que no. Porque aunque en el momento me pareció una idea aceptable, después de sentir la irritación que siento por ver cómo se comporta él en otros contextos y ver cómo te comportas tú en la siguiente fiesta, de verdad que creo que me hubiera sentido muy mal si hubiéramos tenido su compañía en nuestra cama. En otro momento, en otra circunstancia, seguramente me gustaría mucho. Probablemente incluso lo sugeriría yo. Pero no tal y como me siento ahora con vosotros dos.
16 diciembre 2011
Novio, pareja, amante, amiga, rollo, relación, compañera, pretendiente, prometido...
Viendo como veo las relaciones, me resulta muy difícil encontrar términos adecuados para mencionar a las personas con las que me relaciono y eso se transforma en un enorme escollo a la hora de hablar con alguna gente que usa los vocablos mucho más a la ligera o que quiere tenerlo todo bien definido y clarito desde el principio dentro de sus cajitas cuadradas.
Pero es que de verdad para mí los términos españoles reflejan todos una realidad con la que no sé identificarme y que no quiero vivir.
Veamos. Para empezar la mayoría de estos términos están divididos en género, cosa que no siempre es apropiada. Porque yo que no soy ni hombre ni mujer no puedo ser por tanto ni novio ni compañera ni amigo ni prometida. Tendría que ser algo diferente que no existe. Además, cuando hablamos de una categoría y no de una persona en concreto, el usar vocablos con género hace que se invisibilice a gente que no es heterosexual. Pero también a gente que no es homosexual. Es decir, que yo tendría que decir "mis novios y novias" y con ello como digo todavía invisibilizo a la gente que no es ni hombre ni mujer.
Para seguir cada una de estas palabras por separado tiene una etimología y hace referencia en el presente a una relación que tampoco se adapta a lo que yo vivo y siento.
Si llamo a alguien mi novio estoy haciendo referencia a una relación en la que según se entiende tiene que haber sentimientos y sexo y que es diferente a la relación de amistad. De hecho, originariamente esta palabra era la que se utilizaba para los recién casados. Por tanto, hace sin duda referencia a un tipo de relación en el que no creo y que por lo general se asocia con algo monógamo, exclusivo, sexual, etc.
Esto me lleva por supuesto a la supuesta palabra opuesta que es amigo. Por lo que parece, las personas con las que tienes sexo no pueden ser tus amigos. Las personas a las que amas tampoco. El tipo de amor se diferencia entre un novio y un amigo. Pero yo esto no lo entiendo. Las personas con las que tengo las relaciones más intensas, más llenas de amor son mis amigos. Algunos de estos amigos también comparten cama conmigo. Y con muchos otros también compartiría sexo... En fin, que no entiendo.
Si por el contrario decido utilizar la palabra pareja, que es neutra en cuanto al género y por tanto más agradable, vuelvo a tener problemas con su significado. Pareja viene de par. Eso significa que una relación necesariamente incluye solo a dos personas. Pero tal vez no es así. Al menos no para mí.
Si me voy entonces al extremo menos comprometido, el término relación, también me crea algunos dilemas. Relación en realidad se tiene con todo el mundo. Una relación es cualquier contacto de cualquier tipo con cualquier persona o grupo de personas. El vendedor de periódicos tiene una relación con su cliente. Los compañeros de trabajo tienen una relación, lo quieran o no. Mis amigos y yo tenemos una relación, por supuesto. Este término, que es el que más me gusta, sigue creándome un problema para diferenciar tipos de relaciones, porque es genérico, y mis relaciones son diferentes y variables con todas las personas. Pero al menos no dice nada a priori del género, de los sentimientos, del compartir sexo, de la intimidad, cosa que está bien... Pero tampoco me es útil para poder decir que hay un par de personas con las que en este momento comparto mucho más que con las demás.
En cuanto a todos esos otros términos que hacen referencia al futuro matrimonio, como pretendiente, prometido y demás, están completamente fuera de mi vocabulario, porque no veo las relaciones como un camino al futuro matrimonio con alguien.
Y eso por no mencionar ya todas esas palabras que hablan de las relaciones como el resultado de un matrimonio, es decir, marido, esposa, cónyuge, consorte, casado, esposada... La simbología machista, heterosexista, normativista, etc. de esta visión del mundo sencillamente me enferma.
Compañero también es un problema porque tener una relación no significa para mí que esa persona tenga que compartir tiempo y vivencias contigo de forma habitual y constante. Y además en castellano va muy asociado a relaciones de tipo laboral, estudiantil, etc.
Luego están esas palabras que hablan de las relaciones sexuales como algo menos importante, como rollo, lío y demás. Estos términos reflejan para mí una visión negativa de una relación y yo no quiero asociar mis relaciones con algo negativo. Si os fijáis tienen otros significados más comunes que son siempre negativos. Rollo es aburrido, lío es enredo o problema. Para mí hay un juicio de valor en esto. Parece que hay algo negativo en tener un encuentro sexual con alguien que no va de camino a ser tu relación estable. También parece que hay un menosprecio por parte de la persona que utiliza la palabra. Está diciendo que esa relación no es algo serio porque excluye tal o cual.
En cuanto a amante, es la palabra más bella para mí pero también es problemática. Amante es una persona que siente amor por algo o alguien. Pero en realidad en la sociedad se usa como eufemismo de una persona que tiene sexo con alguien. Como si el sexo fuera negativo. Como si amar fuera necesario. Y además dividide tipos de amor de forma que no entiendo. El amor por un amigo no te convierte aparentemente en su amante. Pero es que el término además implica que la relación está basada en una especie de jerarquía, donde uno es el amante y el otro el amado. Y para mí las jerarquías en las relaciones son un veneno que ni quiero ni entiendo.
Concluyendo. Todos los idiomas muestran con su vocabulario una forma de ver la realidad, una interpretación basada en una cultura y una historia. Los términos disponibles para referirse a algo son por tanto reflejo de la forma de ver ese algo por los que lo han creado. Para mi forma de entender las relaciones, no existe una terminología disponible en castellano. Y eso dificulta tanto mi comunicación como mis posibilidades de expresar lo que deseo y vivir cómo deseo.
15 diciembre 2011
Cambio de opinión al oír a los demás
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Por ejemplo. Vemos una peli y la persona dice que le gusta tal y no le gusta cual. Luego nos encontramos con alguien que sé que a esta persona le parece cool y que comenta que la historia no le ha gustado por tal. El resultado es inmediato. Mi acompañante cambia su versión y se adscribe por completo a cosas que sé que es muy probable que no hubiera pensado por sí misma.
Otro ejemplo. Una queja en el trabajo como activista. Antes de la queja los demás no se habían sentido mal. Después, todos se unen al problema y lo ven como algo tan serio como para dejar su puesto.
A mí ver todo esto me estresa un poco. Me hace pensar que la gente no tiene personalidad y que son tan maleables que la opinión de una persona popular es siempre la que triunfa solo por el hecho de venir de esa persona. Y al mismo tiempo me hace imaginar que tal vez solo dicen estar de acuerdo y en el fondo no lo están, lo que sucede es que van cambiando de chaqueta según la persona con la que hablan.
14 diciembre 2011
Depresión inactiva
Tener depresión no significa necesariamente estar triste y llorando en un rincón. Tampoco tienes que estar a punto de suicidarte o hacer algo radical. De hecho puede ser todo lo contrario: no tener fuerzas para nada, ni siquiera para estar triste o hacer algo, lo que sea. En tal caso, tomar decisiones se convierte en un obstáculo insalvable. Si las decisiones son tomadas por otra persona tal vez puedas seguirlas, si no suponen mucho esfuerzo, pero si las tienes que tomar tú puede convertirse en un motivo para no hacer nada. Pero por lo general ni eso. Tampoco tienes fuerzas para seguir las decisiones de otra persona. Y esto a su vez es un círculo vicioso. Puedes conservarte vivo y en este estado inactivo durante años si tienes un modo de subsistir, o una persona o sistema que te ayuda a mantenerte con vida. Pero tu vida está pasando sin ser disfrutada, sin ser valorada, sin sentirla. Es como una prisión invisible en la que tú eres al mismo tiempo el prisionero y el carcelero.
13 diciembre 2011
Mi seudónimo
Según van pasando los años y sigo utilizando este seudónimo, Lille Skvat, más me va resultando indiferente y al mismo tiempo más me identifico con él.
Quiero decir. Después de tanto tiempo y tanta gente que ya me conoce bajo este nombre, tanto por Internet como en la vida real, ahora me resulta imposible cambiarlo a otra cosa. Se ha convertido en una parte de mí. Yo soy Lille Skvat, está claro.
Y sin embargo, precisamente por eso, desde hace muchos años ha perdido el significado y ahora solo es un significante que es igual a mí. Si no me esfuerzo, ya no veo en esas palabras su significado. Ya no escucho lo de "Mierdecilla". Ahora sencillamente es como si fuera Paco o María. Vamos, un nombre vacío de contenido.
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Pero al mismo tiempo, también me voy apropiando más de ese significante unido a ese significado. Por varios motivos. Especialmente porque no tiene género y eso me gusta. Cualquier género puede ser Lille Skvat. Es una combinación abierta que nada dice de mi sexualidad, de mi género, de mi orientación, de mi nacionalidad, de mis ideas políticas, de mi condición como inmigrante, como feminista, como lo que sea. Y eso funciona para mí. Porque aunque muchas veces me he lamentado de no tener un seudónimo más claro en cuanto a mis objetivos o mi lucha, veo que tendría que ir cambiándolo según mi identidad va fluyendo. Y sin embargo Lille Skvat permanece, porque sigo siendo débil, pequeña, sigo siendo insignificante y una mierdecilla para esta sociedad en la que vivimos. Y al mismo tiempo adoro que con este nombre supuestamente negativo estoy creando una voz fuerte, grande, alta y significante para mí y para otra gente como yo.
Por otra parte, el hecho de escribir en español con un seudónimo danés es algo que se adapta muy bien a la persona que soy en la vida de cada día, donde no soy capaz de decir dos frases en español sin mezclar danés, donde tengo una identidad muy mezclada también lingüística y culturalmente. Y al mismo tiempo ayuda a que los hispanohablantes que leéis este blog no asociéis ningún género ni características a mi persona, cosa muy agradable.
Eso sí, ya no hay nadie que me llame esto en la vida real de forma cariñosa o juguetona como sucedía cuando lo elegí como seudónimo. Está demasiado mezclado con mi identidad real y política para hacerlo un nombre cariñoso. Ahora la gente utiliza otros. Y seguramente si hubiera iniciado mi blog ahora, yo también hubiera usado otro seudónimo más cercano a estos nuevos para identificarme.
11 diciembre 2011
Porno con los pantalones puestos
El otro día estuve con un grupo de personas del ambiente queer y transgénero viendo Sexing The Transman XXX, la versión pornográfica de esta película dirigida por el maravilloso Buck Angel. La intención del evento era organizar una actividad con la que pasar un rato juntos, divertirnos y también hablar de sexualidad trans. Así que allí nos reunimos unas 25 personas a pasar la tarde delante del proyector.
No sé por qué, pero según va pasando el tiempo veo cómo mi forma de entender algunas cosas va cambiando a algo que los demás entenderían como "radicalizando". Hace algo más de un año, cuando escribía sobre ver porno en un grupo de lesbianas, analizaba lo ocurrido y la película, pero curiosamente en ningún lugar llegaba a comentar algo que ahora me parecía el punto más claramente destacable: estábamos viendo porno con los pantalones puestos. Es decir, viendo porno como si viéramos "La casa de la pradera", en silencio sentaditos cada uno en su silla sin hacer nada.
Por supuesto esta vez también hubo gente que se fue, pero eso ya ni me sorprende ni me hace levantar una ceja. Está claro que el porno no es un género que todo el mundo siente como aceptable, al menos cuando están en público.
Y por supuesto, aunque el grupo era completamente distinto y el ambiente y la actitud de la gente todavía más que la de aquella vez, también hubo comentarios tras la proyección que a mí me resultaron conservadores o prejuiciosos. Como por ejemplo poner en cuestión la edad de los participantes por las posibles consecuencias futuras de haber hecho porno. O esa insistencia en decir que las entrevistas eran mucho más interesantes que las escenas de sexo. Pero por lo general los comentarios fueron mucho más abiertos al diálogo y desde una perspectiva mucho menos moralista que en otros ambientes en los que he visto porno en grupo... Que de hecho desde esa primera entrada sobre el tema y esta, ya han sido muchas veces, entre ellas varias organizadas por mí, y también con porno de varios tipos en varios ambientes, desde el festival queer hasta un pequeño grupo de bisexuales y personas trans en una oficina, pasando por un selecto grupo de poliamorosos en una pequeña habitación a un grupo de gente de todas las orientaciones y géneros interesadas en el BDSM.
Y sin embargo, en este grupo de mente abierta me deja de piedra que todavía estábamos todos con las manos bien visibles lejos de nuestros cuerpos, con la ropa bien puesta y todos bien colocaditos guardando las distancias reglamentarias entre nosotros.
O yo soy rara o el porno calienta. Por supuesto no todo el porno ni todo el tiempo. Pero algunas escenas deberían funcionar para algunos, aunque no funcionasen para otros, y algunas otras para otros aunque los primeros ya no tuvieran ganas de seguir. ¿Por qué nadie se masturba? ¿Por qué nadie toca a los demás? ¿Por qué nadie habla de esto después de la película?
En esa sala llena de gente que por lo general me gusta, que son mis amigos y conocidos con los que disfruto de pasar un rato juntos, había por lo menos 7 u 8 personas con las que hubiera hecho algo sexual. Y seguro que ya puesta en situación, varios más que esos. De hecho, con algunas de esas personas lo haría en muchas otras situaciones sin el porno y con otros de los presentes, debido al calentón del momento, me hubiera parecido apropiado hacerlo allí. ¿Soy yo la única que piensa y siente esas cosas? ¿Incluso en un ambiente queer?
Por supuesto, sé que al leer esto la pregunta que surge es por qué yo no hice nada o por qué al menos no lo comenté después de la película. De hecho, tanto me molestaba lo absurdo de la situación, que iba a masturbarme pero tuve que dejarlo. Ya sé que suena raro, pero tenía un motivo de peso para no hacerlo. Solo espero que la próxima vez que organicemos algo así sea en un momento en el que pueda reaccionar como quiero... y aparentemente hacer un poco de escándalo.
09 diciembre 2011
No puedo imaginármelo
La visita a tu casa me tiene un poco loca. ¿Estás abriendo la posibilidad a que pase algo o simplemente quieres mostrar que no tienes miedo a que estemos a solas? Me da miedo emocionarme con la primera posibilidad y llevarme una decepción enorme al ver que es lo segundo, o todavía peor, que lo que esté esperándome sea una discusión o un mal rollo.
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No me veo con fuerzas para empezar yo algo que temo que acabe de una forma tan horrible. Y sin embargo, no imaginas cuánto deseo estar contigo en estos momentos.
Te vas con él
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Me he despertado con muy mal rollo. No me gusta mucho lo que mis sueños me dicen...
08 diciembre 2011
¿Piensas en mí?
A veces me encuentro preguntándome si piensas en mí cuando no estoy contigo. Al vernos parece que te gusta mucho estar conmigo. Pero de algún modo en mi cabeza tengo metido que en cuanto te vas olvidas completamente que existo y en ningún momento cruza tu mente nada que tenga que ver conmigo. Imagino que nada te recuerda a mí, nada te hace sentir nostalgia de mí y tampoco le das vueltas a cosas que han pasado cuando hemos estado juntas. Bueno, tal vez la excepción es cuando me ves en tu Facebook o visitas mi blog. Aunque me pregunto también si ahora que hemos retomado el contacto sigues buscándome en el ordenador como hacías antes.
No sé por qué, pero siempre te he visto tan metida en tus cosas, tan perdida en tu mundo, tus mil amigos, varios amantes, tu familia, tus actividades, que siento que de algún modo cuando estás lejos de mí es imposible que tengas un rato para acordarte de que existo o echarme de menos. Y entonces metida en mi cama en la madrugada antes de dormir de vez en cuando te imagino acostada en tu cama y dándole vueltas a tu día, despierta o dormida, pero nunca soy capaz de verme como una parte de esas vueltas. Nunca siento cuando hablamos que le hayas dado vueltas a algo que tenga que ver conmigo como haces con el resto de los temas que te ocupan. ¿Complejo de inferioridad mío o realidad? A veces es tan difícil discernir lo uno de lo otro...
Mis grandes salidas del armario
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Pero como digo, también se sale del armario en muchos otros aspectos, cualquiera que no sea normativo. Y yo me he visto saliendo del armario como atea, como feminista, como pro-sexo, como anarquista antidemócrata, como enferma psíquica y física, como perteneciente a la clase baja, como inmigrante... Incluso como persona casada, académica o blanca, dependiendo del contexto en el que me estuviera moviendo.
Salir del armario no se acaba nunca mientras se está vivo.
07 diciembre 2011
Mi romanticismo
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Como hablaba en esta otra entrada, todas esas cosas que la gente identifica con el romanticismo no las entiendo, y de hecho me suelen dejar completamente indiferente. Esa búsqueda artificial de mostrar sentimientos de forma normativa y estereotipada me parece desagradable, innecesaria y especialmente falsa. Si sientes algo intenso, no te hace falta estar con esos rollos y toda esa parafernalia. Al contrario. Hasta el sitio más supuestamente horrible puede ser el escenario de la pasión más intensa y el momento más íntimo. Con mi tendencia natural a rechazar cualquier "cursilería", encuentro a menudo más belleza en un vertedero que en el restaurante más pijo, en pequeños gestos que surgen sin buscarlos que en grandes actos teatrales que pretenden conmoverme, en palabras torpes arrancadas del alma que en preciosos poemas de bella forma y nulo sentimiento.
Y es curioso porque al mismo tiempo yo tengo de mí una idea como de persona muy romántica aunque aparente justo lo opuesto. Esa autoimagen se debe a mi exagerada tendencia a dejarme llevar por la pasión hasta extremos insólitos que suelen pillarme desprevenida a mí y desconcertar al resto. Y también a esa propensión al dramatismo, el tenebrismo, el subjetivismo, el ocultismo y demás en el más puro estilo del romanticismo del siglo XIX. Desde niña siempre me he visto más como esa persona absolutamente aislada mirando a un paisaje borroso de la pintura de Friedrich que como una artificial princesita rodeada de rosas rojas escuchando poemas a la luz de las velas de la boca de mi amado.
06 diciembre 2011
Que la intuición te acompañe
Parece que entre algunas mujeres cisgénero, tanto heterosexuales como de otras orientaciones sexuales, es muy popular hablar de algunos conceptos que a mí me ponen un poco en guardia. Uno de ellos es la intuición. Parece que una verdadera mujer es aquella que posee esa cosa a la que llaman intuición y que aparentemente según ellas no se da entre el resto de los humanos, o si lo hace es porque es la "parte femenina" la que entra en acción y se deja vislumbrar. No casualmente son esas mismas mujeres las que también tienen una tendencia a rechazar otros conceptos que a mí me parecen mucho más comprensibles y cercanos a mi realidad, como lógica, razón, ciencia, racionalidad, etc.
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05 diciembre 2011
Los bisexuales activos en asociaciones LGBT+
No sé si esto es una casualidad o es solo la tendencia que se da dentro de los ambientes LGBT+ de Dinamarca en los que me muevo, pero parece que las personas que se identifican como bisexuales dentro de las asociaciones LGBT+ por lo general tienen más interés en lo que identifican como su género que en los otros y es precisamente por eso por lo que han llegado hasta las asociaciones. O bien tenían una identidad homosexual antes, o bien tienen una relación que es vista como homosexual por la sociedad, o bien casi nunca se interesan por personas que no sean de su género aunque tienen un pasado como heterosexual tal vez con hijos. Lo que casi nunca hay son personas que tengan una relación estable con una persona de otro género y que vivan en apariencia una vida heterosexual. Vamos, un poco como yo si se me ve desde fuera en un día o época en que voy con aspecto menos genderqueer por la calle y acompañada de K.
Aunque entiendo que la mayoría de la gente que va a estas asociaciones es porque siente una necesidad presente y urgente de que sus derechos sean reconocidos, porque sus relaciones e identidades visibles son las que los hacen más vulnerables, en realidad me parece una pena que el gran grueso de la población bisexual se mantenga oculto e inactivo, escondido detrás de esa apariencia de normalidad que sus vidas les permiten.
De hecho, esto tiene dos consecuencias claras:
- La política que la mayoría de los bisexuales activos en las asociaciones hacen es homosexual y no bisexual, porque es ese en realidad el motivo que les ha llevado hasta el movimiento LGBT+ y son esas las luchas que identifican como propias. Además, en la mayoría de los casos ni siquiera saben lo que es política bisexual ni en qué se diferencia de la política monosexual. Y eso contribuye a que los bisexuales sean invisibles dentro del movimiento LGBT+.
- Los bisexuales con una política bisexual diferenciada no son apoyados ni por la mayoría de los bisexuales dentro del movimiento LGBT+ ni por la mayoría de los bisexuales fuera del movimiento y las asociaciones LGBT+.
Para mí los que están dentro de nuestras asociaciones, por lo general ni con información son capaces de cambiar su visión. Al revés. A menudo siento que por mucho que hablen de su identidad diferente a la homosexual, llegada la hora por lo general toman partido por el bando equivocado y de hecho son feroces opositores a los bisexuales activos que no defienden esa política "bi" = monosexual de "tenéis que aceptarme porque soy como vosotros". Por eso, he llegado a un punto en el que lo que me pregunto es cómo se puede atraer a nuestra lucha a todo el gran colectivo de bisexuales que viven completamente ajenos a ella, porque tal vez ellos y ellas lleguen con un discurso diferente.
04 diciembre 2011
Chocolate con granos
Definitivamente. Esto tampoco es un mito. Si comes chocolate como una mala bestia a los dos días tu piel es una sopa de toda esa grasa tan sana que te has metido en el cuerpo. Esa visita tan agradable a la fábrica de Lindl ahora es una tortura para la vista. De cero granos a varias decenas en dos días... De vuelta a la adolescencia.
03 diciembre 2011
His birthday... for him
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02 diciembre 2011
Intersexual, transgénero o genderqueer
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Veamos. Una persona intersexual es una persona cuyo sexo no es ni hombre ni mujer sino otro de los sexos biológicos que existen. Puedes leer mucho más aquí y aquí.
Una persona transgénero (al menos en la forma en la que se utiliza en inglés transgender) es una persona cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se le ha adjudicado al nacer y que por tanto habitualmente pasa por una transición (aunque no siempre) para llegar a sentir que su cuerpo y su género coinciden.
Una persona genderqueer es una persona cuya identidad de género es cualquier otra que ser mujer u hombre. Esto quiere decir que puede ser tanto hombre y mujer al mismo tiempo, como ninguna de las dos cosas, como tener una identidad fluida entre varios géneros como tener otro género cualquiera o un género que varía conforme a la orientación sexual.
Como digo, por ejemplo las personas intersexuales a menudo hacen campaña para que su lucha se desligue de la lucha transgénero, porque no tienen las mismas necesidades, orígenes y problemas. Por ejemplo, a las personas intersexuales a menudo se las opera al nacer para otorgarles un sexo que no es el sexo con el que nacieron. O se las hormona en la adolescencia con el mismo fin. Las personas transgénero por el contrario a menudo luchan por conseguir tratamiento hormonal y/o quirúrgico para poder igualar su cuerpo con su identidad de género. De hecho, una gran parte de la lucha transgénero, especialmente la transexual, es que se reconozca el sexo adquirido por medio de tratamientos como hombre o mujer. Por el contrario muchas de las luchas intersexuales se basan en lo contrario, en hacer que se reconozca su sexo como otro diferente a mujer u hombre y se les permita tener una identidad diferente a esas dos binarias.
Por otra parte, muchas personas transgénero, especialmente las que utilizan el término transexual, no comprenden o comparten las ideas de las personas genderqueer. Su lucha en muchos aspectos se podría decir que es opuesta. Una gran parte de los transexuales desean ser reconocidos como lo que ellos entienden como género opuesto. Y sin embargo una gran parte de los genderqueers desean ser reconocidos como lo que entienden como un tercer, cuarto o vigésimo género.
Todas estas diferencias (y muchas más) para mí justifican el uso de etiquetas diferentes y el establecimiento de políticas diversas adecuadas a cada grupo en concreto, de forma que todas las identidades sean visibles y tengan voz independiente en su lucha. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, no veo que los términos sean excluyentes y yo de hecho utilizo todos para hablar sobre mí y me siento parte de las tres comunidades.
¿Que cómo es posible? Pues porque veo que todos me reflejan a mí. Veamos. Si insistimos en establecer una diferencia entre el género y el sexo de una persona (cosa que no sé si es necesaria), no veo que sea incompatible ser intersexual y al mismo tiempo transgénero. Por ejemplo tal vez has nacido intersexual y tienes una identidad de género de mujer. Y tal vez quieres tomar hormonas para que tu cuerpo tenga el aspecto que tú identificas con el de una mujer. Entonces serías una persona intersexual transgénero y transexual. En otro ejemplo tal vez eres transgénero porque sientes que tu identidad de género está en transición desde el género en el que te han socializado a otro género que no es ni hombre ni mujer, y en tal caso también eres genderqueer. E incluso tal vez al empezar tu transición descubres que eres intersexual pero tu sexo no se corresponde tampoco con el género con el que tú te identificas. Entonces eres genderqueer, intersexual y transgénero al mismo tiempo.
Estos dos ejemplos son solo dos de las miles de posibilidades. El caso es que las combinaciones existen y no son excluyentes.
Yo misma por ejemplo he sido adjudicada un sexo, el femenino, al nacer. Por tanto he sido socializada como mujer. Sin embargo, estoy en transición a un género diferente que no es ni hombre ni mujer, tanto física como mentalmente, y nunca me he sentido como una mujer. Por ello me etiqueto como transgénero. Pero como digo tampoco soy un hombre, sino que tengo una identidad de género genderqueer. Y sin embargo, no creo que mi sexo biológico fuera mujer, pues por algunos pequeños detalles intuyo que soy intersexual. Así que la combinación de las tres etiquetas es posible, porque lo es en mí. Por mucho que moleste a los miembros más exclusivistas de las tres comunidades.
01 diciembre 2011
SMS a las 4 a.m. de las páginas amarillas
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Sin embargo, luego nos quedamos especulando y montándonos nuestra propia historia. Algo importante tiene que ser para que alguien busque todos los teléfonos con ese nombre sin conocer los apellidos y se moleste en teclear los números más de mil veces. Y habían pasado 3 semanas desde el encuentro. Algo me dice que la muchacha y el muchacho con el mismo nombre que mi compañero de domicilio tuvieron un encuentro breve pero intenso del que es posible que haya consecuencias en forma de una barriga creciente. Por supuesto, puede ser cualquier otra cosa, pero a mí me suena así.
Pensándolo me parece un poco triste la forma en la que la gente actúa si mi suposición es cierta. ¿Para qué contactar a un tío con el que solo has tenido un encuentro breve? ¿Acaso pretendes hacerle partícipe del resto de tu vida sin saber nada de nada sobre él solo porque dejó un poco de semen en tu cuerpo? ¿O quieres que te dé su consentimiento para abortar? ¿O te imaginas ya la novela rosa en la que os casáis y coméis perdices? Si de verdad es esto, sinceramente que no lo entiendo y creo que la sociedad hace mucho daño a algunas mujeres vulnerables con todas esas historias sobre el príncipe azul, los caballos blancos y las familias perfectas. En lugar de educar a la gente para que sea responsable, tenga sexo seguro, no beba en exceso cuando sale de caza carnal y sea responsable de sus propias decisiones, además de dar libertad a esa mujer tanto para abortar como para tener un hijo como madre soltera.
Y por cierto... otra ventaja de no tener una relación monógama. En cualquier relación no abierta, sé que la gente en mi situación hubiera reaccionado con sospecha pensando que K va dando su teléfono a mujeres en los bares y luego no me lo dice. En nuestra relación sin embargo esos conflictos son innecesarios porque los dos sabemos que no hay motivo para preocuparse por estupideces. Que le dé el teléfono a las mujeres que quiera. Y que eche los polvos que desee. Es su cosa y no la mía. Y lo cierto es que se vive mucho mejor así.
30 noviembre 2011
Romanticismo
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- leer, recitar o crear poesía,
- cenar a la luz de las velas, mejor todavía si es algo "sofisticado" estilo "francés" o similar,
- escuchar música lenta, clásica, baladas o semejante,
- tener sexo calmado (aparentemente se dice "hacer el amor") durante toda la noche, mejor aún si es sobre una cama llena de pétalos de rosas, olor a incienso perfumado y más luz de velas,
- viajar a París o Venecia,
- proponer matrimonio de la forma más exagerada posible,
- casarse con una fiesta que cuesta el salario de un año,
- mirar cómo anochece o la luna en compañía de tu pareja,
- llamar a quien está contigo palabras cursis y usadas por todo el mundo en lugar de su nombre,
- mentir mientras miras a alguien a los ojos diciéndole que es la persona más bella del mundo o el único amor de tu vida,
- llevar un anillo que te marca como "no disponible",
- celebrar cualquier fecha, desde el aniversario hasta el más comercial San Valentín,
- que sientan celos por ti,
- regalar flores, chocolate o perfume,
- dibujar corazoncitos con o sin el nombre de tu amado o amada,
- prestar tu chaqueta cuando tienes frío, abrir la puerta y cualquier otro gesto de esos que se consideran "caballerosos" y que son resto de una mentalidad machista,
- darse un baño de espuma con más velas, aromas y demás...
Y resumiendo, cualquier cosa que incluya penumbra o luz de velas, aromas artificiales, palabras supuestamente refinadas y pretenciosas, grandes declaraciones y demostraciones de sentimientos de forma normalizada y habitualmente también sexista (y por lo general insincera), mejor si es pública. Para mí hay pues una palabra que parece que refleja perfectamente esta idea de lo romántico: artificialidad.
29 noviembre 2011
Comentar o no comentar
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Así que casi mejor hablémoslo claramente. ¿Puedo contestar a tu mucho, mucho, mucho algo tan directo como encuentra un hueco en el que prestarme tus labios y jeg skal nok besarlos mucho, mucho, mucho? ¿Me puedo permitir decir y hacer esas cosas en Facebook donde está él/ellos, tus amigos y tu familia?
28 noviembre 2011
¿Los trans te consideran trans?
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Él: No tenemos ningún trans en el grupo.
Yo: ¡Pero otra vez!
Él: ¿Qué quieres decir?
Yo: ¡¡¡Que yo soy trans y ya te lo he dicho antes!!!
Él: Uhmmm...
Silencio. Caras que se miran.
Él: Pero, ¿los trans te consideran trans? Porque vale, tú tienes interés en cosas de trans, pero no es lo mismo que ser trans.
Yo: ¡Claro que lo hacen! ¡Solo vosotros insistís en esto! Y sinceramente me molesta.
Silencio. Más caras que se cruzan miradas.
Él: Bueno, lo siento. Es que no lo sabía, porque no pareces trans.
Esta puñetera conversación es tan insultante a todos los niveles que ya no sé ni para qué decir nada. Aparentemente yo no tengo derecho a decidir mi propia identidad. Si los demás trans, es decir, los de verdad, me reconocen como trans, entonces todavía esta gente puede con esfuerzo identificarme como trans, pero si no, por supuesto que no.
Me pregunto yo qué le parecería a uno de estos homosexuales si me niego a reconocer su identidad y le digo cuando insiste en que es homo, que a no ser que los demás homosexuales, esos con pluma y pose femenina, esos de verdad, lo reconozcan como tal, no me parece que lo sea. Seguramente se ofendería enormemente y le parecería una falta de respeto tal que me tacharía de homófoba y llena de prejuicios. Y con razón. Pero si yo me atrevo a sacar el cartel de la transfobia y los prejuicios aquí se me acusará de histérica.
27 noviembre 2011
Mandarinas
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Y así es como he visto que tampoco como mandarinas delante de ti ni teniendo la oportunidad y que, aunque tenga la confianza para compartir contigo algunas cosas muy íntimas, claramente no tengo ninguna confianza para compartir otras cosas supuestamente nimias. Y eso dice algo que no sé qué me hace sentir.
26 noviembre 2011
Mi familia y estar fuera del armario
Me preguntaba alguien si he contado a mi familia estas cosas que voy diciendo aquí. Bueno, en realidad se refería en concreto a mi identidad de género, a ser transgénero y a desear que me hablen con un pronombre por lo general masculino. Pero ya que estamos creo que esa pregunta se puede extrapolar a todos los demás aspectos no normativos de mi comportamiento.
La respuesta (como siempre) es un poco larga. Entre otras cosas porque no entiendo el concepto de familia del modo que supongo que lo entiende la mayoría. Y como ya he explicado aquí, para mí mi familia son las personas que yo elijo no las personas que comparten lazos sanguíneos o jurídicos conmigo.
Entonces, sí, claro, mi familia sabe de todo esto. ¿Cómo no van a saberlo si ellos son con los que quiero compartir todo esto?
Pero si además tengo que contestar a lo que saben o no todas esas personas que la sociedad ve como mi familia, entonces la explicación es más larga.
Todos, desde el primero hasta el último, saben que soy bisexual, porque todos han conocido parejas de varios géneros. Y me han oído decirlo y hablar de forma clarísima sobre ello. Hasta mi familia jurídica por la parte del hombre con el que estoy casada lo sabe y ha conocido a otras de mis parejas.
La gran mayoría sabe que soy anarquista relacional, porque han visto y oído de mis diferentes relaciones simultáneas. Y los que no lo saben, es porque la oportunidad no ha surgido, entre otras cosas porque vivo en Dinamarca, muy lejos de ellos.
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Sobre el modo en el que quiero que se refieran a mí (todo esto de los pronombres y las terminaciones del lenguaje) estoy ahora empezando a salir del armario y pedirle a la gente que me hable en general en masculino. Así que solo unos pocos lo saben. Pero como ya habían oído lo de mi identidad de género, supongo que no les sorprenderá especialmente.
Sobre ser kinky, no es algo que oculte, pero tampoco es algo de lo que voy hablando a mi familia. Es decir, que si lo leen aquí o lo ven en Facebook, o si la conversación surge, pues vale, pero no hemos tenido esa charla que hemos tenido sobre otras cosas.
Y sobre todo lo demás, mi política, mis ideas y demás, pues depende de la persona. Si me gusta como persona o si considero que es relevante, pues claro. Si no, ¿para qué?
No sé si esto satisface la curiosidad o queréis saber más sobre las reacciones y demás...
25 noviembre 2011
¿Por qué tengo que poner el permiso de residencia?
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Estoy harta de los pequeños detalles que me recuerdan que en este país no soy igual de bienvenida que si fuera danesa. Uno de ellos es la insistencia en pedirme poner información sobre mi permiso de residencia cada vez que necesito hacer un pequeño trámite con algún organismo público. Siempre en el formulario tengo que marcar la casilla de no ser danesa y después escribir sobre mi permiso. Así es en cosas completamente irrelevantes como la universidad, el trabajo, mis papeles médicos, etc. Me dan ganas de poner esta foto en su lugar.
24 noviembre 2011
Soy tu pesadilla bisexual
La bifobia, igual que la homofobia, la transfobia, la intersexfobia, la xenofobia y todas las demás fobias, tienen consecuencias muy diversas y todas terribles. Una de ellas es que las personas que se ven objeto de tales fobias adquieren una tendencia a describirse e identificarse de forma normativa y a, de forma directa o indirecta, ser parte ellas mismas en la creación de prejuicios negativos hacia determinados comportamientos no normativos. Por defenderse de los ataques, acaban convirtiéndose ellas mismas en opresoras y atacantes de otra gente que vive de forma aparentemente (todavía) menos aceptable.
Casi cada vez que me junto con bisexuales o leo cosas escritas por gente bisexual acerca de la bisexualidad, siento el mismo espanto y el mismo cansancio. Siempre de algún modo u otro tiene que salir lo mismo: no estamos confusos, no somos indecisos, no somos heteros con ganas de jugar, no somos homos en el armario, no somos promiscuos, no somos adictos al sexo, no nos interesa sexualmente todo el mundo, no necesitamos tener varias relaciones al mismo tiempo, no somos portadores de enfermedades, no somos incapaces de tener relaciones estables, de amar solo a una persona, de tener sentimientos profundos, de crear una familia... En definitiva, somos normales. Lo único que nos diferencia es que somos bisexuales. Y la bisexualidad, por ello, es una identidad válida.
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Mi sexualidad es fluida. Mi identidad también es fluida. Mi etiqueta no es casi nunca bisexual, por mucho que no sea heterosexual ni homosexual. Me gusta el sexo y no veo nada malo en practicarlo cuantas veces quiera, como me dé la gana y con tanta gente como me apetezca, simultanea o sucesivamente. Mezclando géneros y orientaciones como a mí me plazca. No todas mis relaciones son estables ni pretendo que lo sean. No tengo relaciones monógamas. No veo que si fuera portadora del VIH tuviera que disculparme o sentir ninguna culpa por ello o asociarlo o desasociarlo a mi comportamiento o identidad. No tengo que justificarme ante nadie si hoy me gustan más las mujeres, mañana los genderqueer y pasado los hombres hipermasculinos o si ayer no me gustaba nadie pero quería tener sexo con todos y antes de ayer me había enamorado de tres pero no quería sexo con ninguno. No tengo que identificarme como nada solo para complacer a este mundo lleno de etiquetas estáticas. Y menos todavía que mantener una etiqueta que he usado en algún momento solo para que la gente pueda comprender que no estoy en el armario como homo, como hetero, como bi, como trans, como intersex o como lo que sea. Y sobre todo no tengo que comportarme como la mayoría bajo una determinada etiqueta, que en algún momento decido usar, cree que es la forma correcta. No quiero una familia de ese modo en el que la sociedad lo entiende. No voy a dividir mis relaciones entre amigos y amantes y negar la posibilidad de sentir el mismo tipo de amor por todo el mundo, o negar poder tener sexo con los supuestos amigos o no tener sexo con los supuestos amantes. No quiero ver el sexo como un acto que solo tiene que ver con contacto genital y orgasmos, y menos todavía solo con meter cosas en orificios. Me gusta el sexo kinky y mi sexualidad incluye muchos aspectos no normativos. No soy un modelo a seguir en nada, y tampoco deseo serlo. Represento sin vergüenza alguna muchos aspectos de los que la gente se avergüenza. Pero ese no es mi problema, es el suyo.
No soy normal y menos que lo voy a ser. Y si eso ensucia la fachada de normalidad que muchos bisexuales quieren mostrar, mejor que mejor. Porque deberíamos luchar para que TODOS tuviéramos derecho a ser como somos, a ser diversos, a ser lo que queremos ser y a ser justamente todo aquello que la sociedad rechaza.
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