Aunque todavía es pequeña y tímida, ya se ha acostumbrado a vivir en la nueva casa y se ve cómo va investigando y oliendo todo. Además, ya se acerca a ti, con cuidadito, eso sí, pero se deja acariciar. Y ronronea por la emoción hasta al jugar, cosa no habitual en los gatos, según me dice K.
¿No es una monada?
Siempre puedes subir el video al youtube y utilizar el enlace que puedes coger para insertarlo en el blog.
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