Lo surrealista del sexo en ocasiones

No sé si a vosotros os parece igual pero a mí a veces me parece que el sexo es una de las cosas más surrealistas de la vida. Es como si te vuelves un poco loco y tu cerebro olvida su parte racional. De repente te interesan o atraen o excitan o gustan cosas que si las piensas con la cabeza menos calenturienta y con un poco de lógica son, como poco, para reírse. Además, en determinado momento a mí por lo menos me parece que es como si se entra en trance. El mundo se siente diferente, más lejano, menos importante. El único mundo que existe de repente eres tú y lo que sientes, tu cuerpo. Tú estás ahí concentrado en lo que estás haciendo, en sentir lo que te hacen, en lo que tu cuerpo quiere y dejas de oír lo que pasa a tu alrededor, de ver lo que tienes delante aunque tienes los ojos abiertos, de sentir lo que pasa en otros lugares que esos en los que te estas concentrando (por ejemplo, la posición es incómoda y te duele el brazo pero ni lo notas)... Creo que esos momentos son de verdad cercanos a los sueños, como querían los surrealistas, donde todo se deforma y se vuelve extraño visto desde fuera pero desde dentro tiene su propia lógica.