Hace un par de días me topé por casualidad con el programa de Oprah con Thomas Beatie, el hombre embarazado cuya foto he utilizado en otra entrada hablando de la transexualidad.
Me parece curioso ver como aún intentado ser abierta, Oprah no puede dejar de presentar la historia como algo extraño, de hecho, mucho más extraño de lo que en realidad es. Algo así como en un circo de rarezas, donde entre la mujer barbuda, el faquir que traga fuego y el hombre con dos cabezas, nos cruzamos con un "señores y señoras, pasen y vean, aquí tenemos al primer ejemplar de hombre embarazado". Y todos los visitantes preguntándose: ¿Dónde tiene el feto ese hombre? ¿En el intestino? ¿Cómo se ha quedado embarazado? ¿Tiene pene o vagina? ¿Y por dónde va a salir el niño?, etc...
Por supuesto, como tan a menudo, la historia es menos rara de lo que se intenta mostrar. Lo que sucede es tan simple como esto.
Thomas Beatie nació como Tracy Lagondino, con un cuerpo de mujer. Al llegar a la pubertad empezó a sentir que su identidad de género se asociaba más con la de un hombre que la de una mujer. Al principio de los veinte, empezó a tomar hormonas masculinas y se operó para extirpar sus glándulas mamarias. Pero no se quitó su útero y ovarios, porque pensaba que en el futuro querría tener un hijo biológico. Las hormonas hicieron que desarrollara el aspecto externo de un hombre, con pelo, la grasa distribuida de forma diferente, voz más grave, etc. Y su clítoris creció hasta convertirse en un pequeño pene, con el que puede tener relaciones sexuales con una mujer. También tiene una especie de escroto, aunque no tiene testículos dentro. La ley reconoció su cambio de género y pasó a llamarse Thomas y a ser un hombre legalmente. Pues bien, pasó el tiempo y encontró a una mujer, con la que se casó (como hombre y mujer se pueden casar en EE.UU.). Esta mujer no podía ella misma quedarse embarazada porque había tenido endometriosis y le habían extirpado el útero. Cuando decidieron tener un hijo juntos, Thomas dejó de tomar hormonas masculinas durante dos años y aunque su apariencia externa siguió siendo la de un hombre, hormonalmente volvió a sus niveles anteriores al tratamiento. Así después de visitar a 8 médicos que se negaron a tratar el caso, finalmente encontraron a una ginecóloga que realizó la fecundación (para ser exactos, la mujer de Thomas introdujo el semen en el útero de Thomas) y se quedó embarazado. Y en el momento del programa de Oprah llevaba 6 meses embarazado. Y no se sentía más mujer por ello.
Oprah al final del programa dice que el problema está en eso de las etiquetas. ¡Vamos, exactamente la misma frase que yo digo y que tengo escrita por aquí! Y es que lo que sucede simplemente es que es una persona embarazada. Lo demás, las demás etiquetas, son falsas y difíciles de aplicar en la realidad.
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