No sé si os habéis dado cuenta del horrible poder que tiene una recepcionista o telefonista que controla la agenda para dar citas. Es la leche ver cómo algo que para ti es cuestión de suma importancia, para esa persona no significa nada, y te puede poner a esperar días o meses o lo que sea simplemente porque no te conoce, porque tiene ni idea de tu historia o porque tiene un mal día. Yo creo que a veces, sin saberlo, esas personas deciden los destinos de muchas vidas, abriéndoles o cerrándoles las puertas para lo que sea que están dando cita.
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