Esta semana en Madrid paseando me he encontrado en dos días diferentes con dos de mis profesores de instituto, además dos de los que más me gustaban y a los que más cariño tengo. Es curioso ver como las personas, aunque cambian, siguen siendo iguales en su forma de hablar, en su expresión corporal, en su actitud, etc.
Me resulta sobre todo agradable poder escuchar qué hacen después de tanto tiempo. Es como abrir una ventanilla que estaba cerrada y mirar a través para descubrir qué hay en el otro lado, un lado que antes conocías y que ahora te resulta nuevo.
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