Sin tener muy bien un plan definido para las vacaciones en Suecia se nos ocurrió pensar en ir a Öland, que es una isla alargada que está en la otra costa de Suecia, en el Báltico. K había estado de pequeño de camping con sus padres de camino a Gotland (la isla de los vídeos de Roxette de Look Sharp) pero no recordaba mucho.
La isla me ha encantado y creo que a K también. Es larguísima, más de lo que parece. La parte sur está declarada de interés cultural para la humanidad por la UNESCO. Es muy diferente al paisaje normal de Suecia: amarillo, plano, casi sin árboles, con campos y casitas de madera rojas y alargadas. Para mí, española, la parte norte sin embargo era más bonita: verde, con bosques de abedules que tienen un verde claro precioso y con bosques de coníferas, con playitas y cabañas, con prados verdes llenos de vacas, con formaciones rocosas impresionantes, incluso alces (aunque no he visto ninguno, solo las señales por la carretera)... Y toda la isla llena de preciosos molinos de viento tradicionales, que le dan un carácter muy pintoresco. Además había muchos restos arqueológicos, piedras colocadas representando barcos como tumbas, ruinas de fortalezas, etc. Todo muy exótico y muy bonito.
Curiosamente la isla es un sitio de vacaciones de verano para los suecos, alemanes y daneses, pero no se oía ningún otro extranjero, ni se veían por ningún sitio. El resultado era una prevalencia alucinante de gente rubísima, más que en ningún sitio que haya estado de Escandinavia.
Y el agua del mar estaba clarísima y en calma, porque hacía un tiempo excelente para ser allí, unos 20-25 grados por el día, y casi sin viento.
Una verdadera preciosidad de sitio que si podéis visitar con coche os recomiendo.
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